El Hestia Menorca se acerca a LEB Oro

Las defensas impusieron su yugo sobre el ritmo y guion del partido desde su arranque. No en vano, el 9-8 con el que se alcanzó el final del primer cuarto resultó esclarecedor. Convertir en efectiva cada acción de ataque se advertía una labor ardua, cada ofensivo de los dos equipos era respondido a base de físico y rigor, lo que unido al lógico nerviosismo que atenazaba más de una y de dos muñecas a causa de la trascendencia de la cita, derivó en los bajos guarismos en los que avanzaba el partido.

Norris, por parte local y Jackson por parte del Hestia Menorca, dieron un paso al frente en ese primer tramo de partido, del que fueron los elementos más resolutivos. Ambos protagonizaron, sin una marca directa del uno sobre el otro, un bello desafío, que declinó, no obstante, del lado del francés. El intransferible trabajo de Alderete también sumaba para la causa del Menorca, donde su gran fortaleza como colectivo residía en una propuesta defensiva que no concebía concesión alguna.

A partir de ahí, con una modélica gestión de recursos desde el banquillo, se empezó a orientar la contienda. Javi Zamora, relevo a relevo, iba añadiendo alternativas y variantes en ataque para arropar la notable labor del alero francés (13 puntos al intermedio, demostrando su condición de factor diferencial), a la par que conseguir que el equipo menorquín no rebajase su excelso nivel defensivo, lo que hizo mella en el rival y tuvo directo impacto en el marcador.

El Clavijo pudo mandar hasta discurrida casi la mitad del segundo parcial (12-10; 15-14), pero no le dio para más. No ante un Menorca concentrado, intenso, que emergía y se sentía superior. Jackson entraba de nuevo en escena e invertía el marcador para situar un favorable 16-17, que se incrementaba a un +3 precisamente después de que el internacional francés anotara desde el 4.60 (18-21). Norris apretaba de nuevo con un triple (21-24), que encontró inmediata réplica en el omnipresente Jackson (21-24). La inercia era claramente menorquina, y el +4 al descanso, 25- 29, suponía un claro botón de muestra.

Nicolau, tras ganar la línea de fondo y convertir bajo tabla para el Clavijo, inauguraba el electrónico en el tercer cuarto (27- 29). El equipo riojano, tratando también de aprovechar la térmica atmósfera que fue capaz de generar en el pabellón, con una grada muy activa, y entendiendo la importancia, superlativa, de ese fragmento de partido en la suerte de la eliminatoria, fue capaz de conceder continuidad a esa acción y, con lo que fue un 5-0 de salida, volver a mandar (32-29 después de un 2+1 convertido por Juan Coffi).

Pero el Menorca no alteró su plan. Jackson, después del ‘roto’ que ocasionó en el aro local en la primera mitad, condicionaba y acaparaba la defensa del Clavijo, lo que liberaba otras opciones en ataque, principalmente la de Álex Tamayo, cuyo par de triples en poco más de un minuto motivaban un nuevo acelerón insular (36-41, Arroyo, en acción individual, cerraba el tercer cuarto, donde Alderete tuvo asimismo un papel preponderante).

La expulsión de Pol Molins, producto de una segunda antideportiva, resultaba lo más significativo de los primeros momentos del último cuarto, coyuntura que el Clavijo aprovechó para disfrutar de su última ventaja (48-46). Una penetración tras 1x1 de Stoilov equilibró de nuevo el marcador (48-48) y fue el preámbulo del atisbo de ruptura más claro que hubo en todo el partido, también el definitivo (50-51; 53-58; 54-62) y que sitúa al Menorca, más que nunca, en el umbral de LEB Oro (59-67).