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La Isla retorna a LEB Oro. Esa es la impresión y sensación, lógica, que predomina en el aficionado local en el preámbulo de lo que realmente supone el estreno del Hestia Menorca, hoy a la tarde ante el Melilla, en una categoría que por varios lustros, y hasta hace poco más de un decenio, en nuestra latitud se consideró un escenario habitual (e incluso casi de ‘mínimos’, tras la histórica incursión a la ACB liderada por José Luis Sintes).

Y el matiz es importante, puesto que si bien la afición recupera una competición que le es muy familiar (sobre todo, los menos jóvenes), para el proyecto liderado por Oriol Segura, Miki Ortiz y desde la cancha por Javi Zamora, la velada de hoy significa incursionar en un contexto absolutamente novedoso, de gran rigor y exigencia, en el que además competirá con uno de los presupuestos más modestos, con todo lo que ello conlleva.

A partir de aquí, a Diego Alderete, Clevin Hannah y compañía únicamente se les exigirá lucha, entrega y honestidad en su labor. Los resultados determinarán cual es su límite como equipo, pero sin duda, contribuirá a que estos cristalicen en modo satisfactorio contar con un Pavelló entregado y en combustión, presionando a rivales y árbitros. En LEB Oro, y más que nunca, la grada también juega. Bintalfa debe ser una fiesta, pero también, como el día del ascenso, una gran caldera.