Stoilov no iguala a Hassan Varence en la pugna por un rebote, durante el partido del pasado sábado.    | Josep Bagur Gomila

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El Hestia Menorca comprobó en la noche del sábado, en el marco de lo que fue su estreno en LEB Oro (y el regreso del baloncesto insular a esa nivel, tras más de un decenio de ausencia), el rigor y la exigencia de la segunda división estatal. El Melilla Baloncesto, su primer adversario, le infligió una derrota, 66-83, que sin ser preocupante ni alarmante, puesto que la temporada apenas despereza, sí repercutió para poner de manifiesto que el nuevo estadio competitivo en que reside el colectivo insular no deja margen para el error y reclama, en lo físico, ‘una marcha superior’. Entre otros apuntes.

Intensidad

El técnico del Hestia Menorca, Javi Zamora, advirtió en los prolegómenos del partido el perfil de equipo es el Melilla, el tipo de juego que iba a desarrollar, sus puntos fuertes, sus virtudes y los aspectos en los que se podía incidir para hacerle daño. Una lectura de lo más certera, en tanto que aventuró lo que posteriormente aconteció sobre el parqué del Pavelló. Un ritmo de juego endiablado, intenso, con unas rachas de anotación que les concedió capacidad para producir secuencias de diez puntos en apenas dos minutos, dominante en el rebote (36 a 20), de lo que pudo accionar diversas transiciones con desenlace siempre positivo… la realidad es que al muestrario de recursos que exhibió el Melilla en la Isla, al Menorca le costó mucho dar réplica.

La principal explicación que podemos encontrar, más allá del plano técnico y cualitativo, reside en lo físico. El Menorca, cuanto menos esa fue la sensación, jugó con una ‘marcha menos’ que el cuadro norteafricano, especialmente en la primera mitad. Más rápido y más activo, calidad al margen, el Melilla se descifró inasequible por eso.

Preparación

Aunque al término del partido, y al ser cuestionado por ello, Javi Zamora eludió de argumento o justificación el referir a la pretemporada del equipo insular como lo que motivó esa diferencia de intensidad y de ritmo entre uno y otro equipo, la impresión es de que ese factor sí afectó (aunque es improbable que el técnico madrileño públicamente se muestre quejoso por un aspecto así). El Melilla ha trazado un ciclo preparatorio ante adversarios de la liga (San Pablo, Tizona, Oviedo...), de la que por otra parte es el club decano, con el conocimiento del hábitat, empaque y ‘establishment’ que ello le concede. El Menorca, de estreno en la competición por contra, y tras un torneo de máxima exigencia con poca preparación a cuestas ante equipos de primer nivel (Gran Canaria y el campeón alemán, el Ulm), se midió a Sant Antoni, Palmer Mallorca, Es Castell… además de que alcanzó el primer partido liguero tras dos semanas sin jugar, pues no se pudo concertar un amistoso en el fin de semana que antecedió el inicio liguero. Y su primer partido ante un rival de ‘Oro’ fue el estreno… con todo lo que eso conlleva. El equipo ‘llegará’ a la liga, seguro, y dentro de un mes su adaptación a la competición será mayor. Y por tanto, su rendimiento también debe ir en evolución.

Errores

A diferencia de la LEB Plata, la actual liga en que milita el Hestia Menorca no deja margen para el fallo y penaliza los errores sin piedad. Una mala selección de tiro, un mero desajuste defensivo, la concesión de un par de centímetros en la protección de un rebote, un pase precipitado… cualquier error o despiste en que incurrió el equipo menorquín, el Melilla lo optimizó en su beneficio. Y esa será la realidad con la que chocará el Hestia Menorca en la mayoría de partidos. La concentración, el criterio y una buena selección de cualquier acción son intangibles fundamentales en la segunda liga del país, que es por elevación un torneo ‘top10’ a nivel europeo. Ante el Melilla quedó claro.

Ansiedad

Producto del estreno probablemente, del deseo por agradar también, de la responsabilidad que entrañaba el partido, y no solo en lo deportivo, o tal vez a causa de jugar en casa o de ser para algunos de sus jugadores su primer partido en el estadio LEB Oro, al Hestia Menorca, y más concretamente a ciertos exponentes, se le vio algo ansioso y atenazado, lo que se tradujo en algunas precipitaciones. El mismo Rafa Monclova, técnico del Melilla y adversario en sus tiempos de jugador del antiguo Menorca Bàsquet, así lo consideró después del encuentro. Por momentos, al cuadro insular le faltó pausa, como por ejemplo acredita el exceso de triples que se ensayaron.

El equipo insular lanzó 33 veces desde más allá de 6.75, al 27% de efectividad, nueve tiros más que de dos, donde paradójicamente hizo un 62% de acierto, en muchas acciones en los aledaños del aro. El propio Javi Zamora hizo alusión a ello en su comparecencia de prensa post partido, echando en falta que el juego se cargara más hacia dentro.

Rendimiento

Arteaga hizo los primeros dos puntos del equipo y acreditó recursos para hacer daño en la pintura, pero tal vez se adoleció de falta de paciencia para saberle buscar o encontrarle más; en futuras jornadas debe ser un arma de mayor referencia. Omar Lo, bien en lo físico (cazó 7 rebotes, el que más en su equipo), pero desacertado en ataque, debe templar su afán de aro y por demostrar un talento que nadie pone en cuestión pero que deberá superar ciertos reglajes para acoplarse a la liga. Su suplencia en la mayor parte del segundo tiempo, no sorprendió.

Clevin Hannah, por su parte, fue el mejor anotador (17), el hombre que más valoró (11) y el que más jugó (37) del Menorca, aunque su conexión con el equipo también irá a más a medida que discurran las jornadas. Tras Demers (15 tantos, con 18 tiros de campo), el americano fue el que más ensayó a canasta (16 lanzamientos, 8 de ellos triples); entre ambos firmaron 5 de 23 desde 6.75, por lo que con una mayor fiabilidad, las opciones a ganar habrían sido mayores.

De la ‘vieja guardia’, Diego Alderete (10 puntos, 4 capturas, 9 créditos de valoración; la segunda mejor nota del equipo), como no podía ser de otro modo, destacó por sobre la media. El ‘todoterreno’ madrileño pertenece a esta liga. Y bien Pablo Suárez en el triple y en actitud (3 de 3 desde la línea perimetral).

Por otra parte, se advierte la necesidad de más músculo en la zona, de que se precisa una pieza o una alternativa más, pero de momento, el club no ha hecho gesto de acudir al mercado.

¿Este es el nivel?

Y para concluir, la gran duda que asaltó al aficionado al terminar el partido. ¿Qué nivel, en relación a la liga, representa el Melilla? Un equipo que lleva desde 1996 en LEB Oro, y que aunque el año pasado deportivamente descendió, ha alterado en un 80 por ciento su roster para este año y mostró muy buenas hechuras en la Isla, pero más allá de eso se desconoce a estas alturas si será un proyecto aspirante al ascenso, a jugar el playoff o a no descender. De estar en esta última pugna, el Hestia Menorca ya ha podido tomar conciencia de lo costosa que será la permanencia, sin embargo, cualquier juicio de valor que se emita en ese sentido, resultaría precipitado y fuera de lugar., y solo el devenir de las jornadas contribuir a despejar esa incógnita.

      La única certeza es que el siguiente horizonte del Hestia Menorca se orienta hacia la vieja Castilla, donde el sábado inmediato aguarda el Real Valladolid, una plaza con pasado ACB, en el marco de la segunda jornada de liga. Y su única vía, como dijo el propio Javi Zamora tras el partido inaugural, es seguir trabajando. La fiesta del estreno fue incompleta, puesto que el resultado no acompañó al magnífico ambiente e ilusión que se generó en el Pavelló. Pero el objetivo es la permanencia y se mantiene intacto en cuanto a posibilidades. Restan 33 partidos.