Víctor Arteaga ha promediado más de 14 puntos y 9 rebotes en sus últimos seis partidos con el Menorca. | Josep Bagur Gomila

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El Hestia Menorca disfruta de su mejor instante, de juego, resultados y en lo clasificatorio, desde que hace dieciocho partidos estrenó su estatus de LEB Oro. Además, la fantástica victoria conseguida a mediodía del pasado domingo a cuenta del Alimerka Oviedo (90-74), ha significado para el equipo de Javi Zamora poder hilvanar su primera racha de dos victorias consecutivas, con el valor aritmético y anímico que eso entraña. En pleno acelerón y subiendo. La escalada sin freno del Hestia Menorca en la segunda liga del país.

Mejor posición. El Hestia Menorca es ahora mismo décimo cuarto en la clasificación de LEB Oro (6-12, su récord), cuando se han consumido dieciocho jornadas de calendario (una por encima del ecuador). Nunca antes, desde que se produjo su incursión en la competición, en el mes de octubre del pasado 2023, el equipo de Javi Zamora había residido en una posición tan elevada y con cierto margen sobre la zona de descenso. El Menorca suma seis victorias, una más que el Amics Castelló de Joan Faner y que el Cáceres (5-13 ambos y en descenso; cierra Clavijo, 3-15), lo que además le permite empatar con Real Betis (décimo segundo clasificado) y con el Grupo Alega Cantabria de Agustí Sans (décimo tercero) por la parte de arriba, y con el Baloncesto Fuenlabrada por abajo (en 6-12).
Obviamente, existe el riesgo de que el colectivo insular vuelva a sucumbir a la zona de descenso, más si cabe al atender el ramillete de rivales que le aguardan en las próximas semanas, pero el hecho de haber conseguido escapar de la misma, aunque sea de forma puntual en esta apertura de 2024, evita asimismo el agotamiento mental que implica convivir cada semana fuera del objetivo.

Mejor racha. Al hecho de ostentar la mejor clasificación desde que debutó en la segunda liga del país, le es paralelo el haber suscrito su mejor lapso de victorias dentro de la misma. De hecho, una realidad no se explica sin la otra. Así, el Hestia Menorca ha sido capaz de encadenar dos triunfos consecutivos por primera vez en LEB Oro después de ganar al Baloncesto Fuenlabrada en el ‘Fernando Martín’ hace diez días, y de hacer lo propio el pasado fin de semana ante el Alimerka Oviedo en la Isla el pasado domingo. Si se añade a ello la victoria obrada en el último partido de 2023, contra el Cáceres, damos con que el Hestia Menorca ha ganado tres de los cuatro partidos que ha disputado en las últimas tres semanas (solo cedió con el Força Lleida, pero con opción de victoria hasta el suspiro final, 67-70), y de hecho, su récord de triunfos durante 2024 es positivo (2-1).

Nueva propuesta. El influjo que ha tenido el fichaje del balcánico Oliver Stevic sigue siendo difícil de calibrar en lo proporcional. Por lo determinante e impactante, fundamentalmente. Pero lo que sí es una evidencia es que, con su venida, el Hestia Menorca ha ganado en alternativas, ha potenciado su capacidad de rebote y ha podido incluso ‘reinventarse’ como colectivo, puesto que donde antes dábamos con una estructura de equipo con clara querencia por el juego de perímetro, y con el lanzamiento triple o exterior casi como un recurso principal, la presencia del pívot serbio, provisto de una calidad y lectura de juego inmensas, ha motivado el crecimiento de sus compañeros y permitido orientar el juego y la propuesta táctica mucho más hacia el juego interior.
O por ejemplo, y es un aspecto en el que ya hemos incidido en fechas recientes, la venida de Stevic ha permitido que Víctor Arteaga se haya liberado, multiplicando su rendimiento y prestaciones (en los últimos seis partidos, los promedios del pívot conquense han estado por encima de los 14 puntos y de los nueve rebotes, para una valoración de más de 21 créditos por cita).
Lógicamente, la acción y actividad desde el flanco exterior se mantiene como arma (y sino, consideren todo lo que está ofreciendo Clevin Hannah en el último mes y pico de liga, una vez el base americano ha dejado de ser el único foco de preocupación para el equipo rival, o los visos de crecimiento que están exhibiendo Eric Demers y Tom Digbeu), pero la capacidad para hacer daño al adversario a partir del juego interior y para construir desde los aledaños del aro, han hecho que el Hestia Menorca haya aumentado sus puntos de amenaza en ataque y haya ganado en solidez como conjunto.

Más ofensivo. Con relación directa en el apartado anterior. El Hestia Menorca se ha convertido, al incrementar sus posibilidades ofensivas, en un colectivo con mayor capacidad de producción en ataque. La estadística de sus últimos siete partidos así lo confirma, secuencia de la temporada en que el Hestia Menorca ha elevado su promedio anotador por encima de los 80 puntos (mientras que en cinco de sus primeros siete partidos, ni alcanzó los 70). Y eso no significa que el grupo de Javi Zamora haya rebajado su rigor ni orden defensivo. Al contrario. Pero en ese orden, las opciones de victoria en un partido no dependen obligatoriamente de dejar a su rival en menos de 65-70 puntos, lo que era un requisito casi imprescindible para poder sumar en los primeros dos meses de liga, y obviamente, limitaba por mucho la ‘chance’ para poder ganar. Metiendo 80 o 90 puntos, todo es más sencillo.

Mentalidad. La mentalidad del equipo ha sido positiva durante toda la temporada. Ni tan solo durante los peores momentos, cuando se encadenaron seis derrotas seguidas y el Menorca era penúltimo clasificado, la atmósfera ha sido negativa. A base de trabajo, de partidos, lo que ha permitido ‘aterrizar’ en la liga, y acometiendo desde los despachos los retoques y soluciones correspondientes, léase la venida en su momento de Jacob Grandison, fichado para cubrir la baja por lesión de Eric Demers; lograr la cesión de Digbeu; y sobre todo, el fichaje de Oliver Stevic (el serbio, no estaría en la Isla de no ser por la presencia aquí de Javi Zamora, también cabe decirlo), el equipo insular siempre ha ostentado una actitud encomiable. El afán de superación de todos sus integrantes ha tenido también mucho que ver en la mejora del equipo y de sus resultados.

Calendario. Una mentalidad y fortaleza sicológica, según hemos referido previamente, de la que el Hestia Menorca deberá seguir haciendo gala especialmente durante el próximo mes y medio de liga. Puesto que tras el parón de este fin de semana, en que no habrá liga al jugarse la final de la Copa Princesa LEB Oro entre Movistar Estudiantes y Leyma Coruña, al equipo de Javi Zamora le aguarda un segmento de calendario (caprichos de su asimetría) tremendamente feroz. Por ese orden, al Menorca le espera, durante el mes febrero que se aproxima y las primeras dos semanas de marzo; Ourense a domicilio, viene Estudiantes a Maó (una de las citas del año para el aficionado local, sin duda), visita al San Pablo Burgos, en casa ante el Gipuzkoa Basket, viaje a Alicante, y contra el Real Valladolid, de nuevo en la Isla. Esto es, los principales candidatos al ascenso a Liga ACB, Leyma Coruña al margen, medirán fuerzas con el Hestia Menorca en un trecho inferior a las seis semanas, por lo que será complicado poder mantener la inercia actual.

Pero aun facturando pocas o ninguna victoria en esas seis citas (lo que es susceptible de poder ocurrir, dada la talla de los rivales), el equipo menorquín no debe ni puede sucumbir al desánimo, puesto que la batalla por la permanencia, objetivo que actualmente tiene orientado el Hestia Menorca, no se decidirá realmente hasta el ‘rush’ final. Y de momento, la escalada del equipo de Javi Zamora, no tiene freno y le acerca gradualmente a su objetivo.