El veterano pívot, Víctor Arteaga, durante un entrenamiento en Bintalga, junto a Tom Digbeu. | B.M.

TW
1

Con las dinámicas y las últimas sensaciones muy diferentes después de la jornada entre semana, Cáceres Patrimonio de la Humanidad y Hestia Menorca se verán las caras el domingo por la noche en la ciudad extremeña y en un nuevo desafío para los hombres de Javier Zamora, para los que un nuevo triunfo en el Pabellón Multiusos Ciudad de Cáceres tendría un valor doble y les acercaría aún más a una permanencia en la LEB Oro de cada vez más creíble y posible. Una cuantía mayor, tratándose de un rival directo en la lucha por la salvación y suponiendo, de vencer, los dos dígitos ya para un Hestia que sigue creciendo, en el plano individual y colectivo.

Antes de viajar la expedición menorquina hacia Extremadura, el ‘coach’ del Hestia habló en rueda de prensa, en Bintaufa. «Estamos bien, en buena dinámica de semanas, sin incidencias físicas graves. Y con el refuerzo de partidos como el del otro día, sin mirar resultado y mirando el partido como si fuera el último», subrayaba el madrileño.

Zamora, tras tener a todos disponibles la semana anterior, tiene los problemas de Pol Molins «y el susto de Álvaro Sanz ante Valladolid. Nada grave ninguno de los dos y están perfectamente, controlando cargas y demás. A priori, a punto», avanzaba, como Golden Dike, la última adquisición. «Tratamos de dilucidar si está o no a punto para debutar», dijo, Zamora, antes de vérselas ante el Cáceres, otro histórico del básquet español que llega de perder ante Clavijo.

«Ello lo hace más peligroso, cada semana se ve que las dinámicas afectan, pero es una liga que cualquier partido puede ser muy duro y resolverse al final y por detalles», avisaba, incidiendo en el rival extremeño. «Un buen equipo, reforzado y que intenta encontrar su camino. Ambos llegamos necesitados y con los mismos retos. Nosotros tenemos algún triunfo más, pero de hace poco y será un partido de alta intensidad y para controlar ese nivel mental y trabajar cortos objetivos, despacio. Será un partido duro, cerrado y de detalles», proseguía.

Un Cáceres, según Zamora, «con una gran dirección de equipo, complementado con experiencia y talento joven, como Atencia o Rodríguez. Dos interiores de garantías con el incorporado Balabán. Rival sólido atrás, con dos anotadores exteriores de solvencia y empaque y ‘treses’ grandes como Bonilla. Gente de perfil ofensivo y será un partido en el que tocará controlar las rachas, que si la encuentran, es peligroso; y controlar el rebote, para ser competitivos y ganar».

El apunte

Álvarez: «Sí, se tiene un miedo tremendo a lograr ganar»

«Fue el fiel reflejo de lo que nos está pasando». Esas fueron las primeras palabras de Arturo Álvarez, técnico del Cáceres, tras caer en la pista del Clavijo (78-76). «Un miedo a ganar tremendo, con tres minutos llevando el partido a 9 puntos, incluso con opciones en ese margen de abrir un poco más y sentenciar el partido», lamentaba.

Comentaba Arturo los motivos de perder la ventaja: «Tuvimos cinco últimas acciones de ataque con cinco pérdidas desafortunadas en primera línea de pase que les permitió correr, sacar faltas y ganar un partido que por momentos ellos ya creían que no se podía ganar». Las palabras claves de Álvarez fueron que el rival tuvo mucho mérito en creer hasta el final.

Ya pensando en el Hestia Menorca, dijo: «Creo que se demostró que tuvimos un grandísimo miedo a ganar y lo pagamos en esos tres últimos minutos. Un partido que llevábamos, yo creo que fantásticamente enfocado desde el inicio del partido, haciendo daño en sus puntos interiores. También, corriendo lo que podíamos, con un baloncesto de muchos pases. Y lástima porque al final gana el que mete más canastas y fue Rioverde Clavijo y sí lo merece porque tuvo mucho mérito», cerró el técnico, con la mente puesta en los de Javi Zamora.