El buen ambiente y la formalidad de los participantes a la hora de cumplir las normas, aspecto destacado por la organización | M.C.

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La fiesta de la bicicleta todo terreno continuó con éxito en la décimo primera edición de la Volta a Menorca, que circuló en la jorrnada de este sábado por un circuito de unos setenta kilómetros diseñado con el término municipal de Maó como punto de salida y destino.

La levantina fue la etapa más larga y unió las localidades de Maó, Es Castell, Sant Lluís y Alaior. La dureza del trazado recomendaba ir bien provisto, pese a lo cual la organización preparó dos puntos de avituallamiento, que demostraron ser necesarios por la humedad y el bochorno que acompaño a los ciclistas.

La ausencia de lluvia no evitó la proliferación de calambres y tirones entre los abnegados participantes, cerca de quinientos en esta jornada. Solo se detectó una caída de consideración en la baja a la cala de Sant Esteve, con una luxación de clavícula.

Los diversos niveles entre los participantes y la longitud de la etapa provocó que el pelotón en esta ocasión se estirara de forma notable. De manera que los primeros llegaron puntuales a las 15.20 horas, mientras el cierre se produjo sobre las 16.45.

El enramado de caminos que se mantienen abiertos al público en la zona sur-levante de Menorca no obliga a la organización a pedir masas permisos privados. Caminos, sobretodo hacia la zona de Es Castell, denominados de 'ferradura', muy estrechos y rocosos.

Los 'bikers' ibicencos hacían broma sobre que Menorca, de las cuatro islas baleares, fue la que se quedó con todas las rocas. Curioso fue también observar que numerosos turistas, pasando por s'Algar, salieran de los hoteles para saludar y animar a la serpiente todo terreno.

Pasado la zona de Es Castell, la etapa se ha hizo mucho más rodante, con caminos de tierra más anchos y cómodos, que se alternaban con el asfalto para enlazar diferentes caminos de interés. El camino 'des Vergers', a causa de su morfología, se tuvo que hacer a pie por el peligro que representaba.

A destacar el papel de la guardia civil, la policía local de Maó y los voluntarios de protección civil. Destacable la faena hecha por la brigada maonesa al arreglar en tiempo récord y a última hora el camino viejo de Egipto.