Andrés Iniesta saluda a los aficionados después de vencer a Turquía, el pasado viernes en Niza | Efe

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La selección española firmó su clasificación para los octavos de final de la Eurocopa 2016 con una exhibición futbolística ante Turquía, firmando con un 3-0 el triunfo más holgado del torneo con claves como el fin del debate a la falta de gol, la noche mágica de la pareja Nolito-Morata, el ambiente de unión o la firmeza defensiva con récord histórico incluido para De Gea. Las claves del pleno de victorias de España en la cita en Francia son:


1. Fin al debate ante el gol
El estilo de juego de España, dominador absoluto de los partidos con el toque y la posesión, no se vio acompañado en los últimos torneos por buenos números goleadores. Encerrar a los rivales y reducir los espacios acaba afectando a los nueves. Son muchos los que lo han sufrido y solo David Villa, partiendo desde el costado izquierdo para desatar su pegada, fue el líder goleador en las fases finales. El debate lo han sufrido varios nombres en el camino a Francia y comenzaba a señalar a Álvaro Morata y Aritz Aduriz. El doblete del primero lo entierra por el momento. Junto al tanto de Nolito y el del debut de Piqué, la Roja pasa a ser la selección más goleadora de la Eurocopa.


2. Firmeza defensiva y De Gea
La seguridad plasmada en Toulouse se repitió en Niza. El valor ofensivo de dos laterales como Juanfran y Jordi Alba que se convierten en extremos, no reduce su firmeza defensiva en auténticas exhibiciones físicas en cada partido. Sumado a la firmeza de la pareja de centrales compuesta por Sergio Ramos y Gerard Piqué provocan que España vive su mejor momento en seguridad. España no encaja un gol en partido oficial desde el 9 de octubre de 2014 y no pierde un partido de Eurocopa desde el 20 de junio de 2004. El relevo en su portería no puede dejar mejores números. Con Casillas a punto de batir un récord propio de imbatibilidad, De Gea suma 450 minutos sin recibir un tanto en partido oficial en el mejor registro que nunca en la historia firmó un guardameta con su selección.


3. La Eurocopa de Iniesta
Por segundo partido consecutivo Andrés Iniesta fue elegido el mejor jugador del partido por UEFA, que curiosamente luego le deja fuera del once ideal. Pese a ello está siendo la 'Eurocopa de Iniesta'. Ningún futbolista, apenas Luka Modric en el estreno de Croacia, ha ejercido tal capacidad de mando en el juego de su selección. Iniesta deslumbra en Francia, explota el momento de mayor madurez de su carrera para brillar en su interpretación del fútbol y hacer mejores a los que le rodean. Su 94 por ciento de acierto en el pase es el sueño de cualquier centrocampista. El tercer gol de España, con 22 pases que tienen al manchego como cerebro de todo, acaba con un toque mágico al espacio, al desmarque de Jordi Alba para asistencia a Morata en una de las jugadas del torneo


4. Nolito y Morata
La delantera del éxito que formaban Villa y Fernando Torres, ya ha encontrado dos sucesores que hicieron nacer una nueva sociedad en una gran cita. Nolito vivió la noche de su vida como internacional, asistente y goleador, desequilibrante, disfrutando cada vez que el balón pasaba por sus pies. Conectó a la perfección con Álvaro Morata que a sus enormes ganas de triunfar le añadió el acierto rematador que se esperaba. Con un testarazo perfecto abrió la lata y puso todo de cara para España. A placer firmó su doblete y el tercero del partido, su salto al liderato de la clasificación de goleadores para presentar su candidatura a la Bota de Oro. Una reivindicación que dispara su valor en el mercado y las opciones de quedarse en el club de su corazón, el Real Madrid.


5. Unidad
El gesto en la celebración del gol de Nolito exhibe el ambiente que reina en el grupo de futbolistas que dan forma a la selección española. En el momento más duro de Iker Casillas con su cambio de rol, el andaluz no dudó en dirigirse corriendo al banquillo y dedicarle el tanto. «Se lo he dedicado por lo bien que me trata y lo pesado que es conmigo», confesó posteriormente plasmando el importante papel que interpreta el capitán Iker en la armonía de un grupo que ha dejado atrás asperezas del pasado, por diferencias entre clubes como Real Madrid y Barcelona, y se ha unido de nuevo como una familia. Fue clave de éxitos pasados y debe volver a serlo en el presente.