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El Sporting Mahonés arrancó un valioso punto de Orihuela al empatar un partido que se le puso muy cuesta arriba por el tempranero gol recibido a los dos minutos de juego. Aunque los locales dominaron durante gran parte de la primera mitad y cercaron la portería del conjunto mahonés en los últimos minutos de partido, los hombres de Joan Esteva realizaron un gran trabajo para mantener el punto conseguido gracias al tanto de Méndez en los primeros instantes de la segunda parte, a base de un impresionante esfuerzo físico en medio de una mañana extremadamente calurosa.

Todavía estaba el partido frío cuando el Orihuela se adelantó en el marcador con un tanto de Florian, que remató de cabeza después de un saque de esquina. La fulminante salida de los locales, acompañada por el gol y el buen juego ofrecido en los minutos siguientes, hacía presagiar una goleada. De hecho, los alicantinos gozaron de varias ocasiones claras para haber 'matado' el partido, en las botas de Mathias a pase de Eldin, que se marchó fuera a pocos centímetros en el minuto ocho, de Cases que remató dentro del área en el minuto 23, obligando a Moso a intervenir para enviar con problemas a córner, y de Eldin, cuyo remate, también se marchó lamiendo el poste a los 30 minutos. Sin embargo, la precipitación se iba apoderando de los locales conforme transcurría el tiempo, mientras que los de Maó se iban asentando paulatinamente en el terreno de juego.

De esta manera y con las fuerzas algo más equilibradas, se marcharon ambos equipos a los vestuarios, después de unos minutos en los que el juego estuvo parado como consecuencia de un esguince de tobillo que sufrió el colegiado, que necesitó de la atención de los servicios médicos del Orihuela. Al final pudo continuar pero con un vendaje especial.

La segunda parte comenzó de la forma más inesperada, ya que a los treinta segundos del inicio de la misma, Méndez vio adelantado a Ricardo y marcó un tremendo gol desde fuera del área que se coló por toda la escuadra. Con el empate en el marcador, los visitantes se dedicaron a hacer su juego, el que más le convenía, mientras que a los locales les entraron las prisas. Pasaron a jugar con una defensa de sólo tres hombres y adelantaron todas sus líneas en busca del gol de la victoria, pero siempre con la precipitación por bandera. No obstante, lograron crear numerosas ocasiones de gol que no supieron transformar, como un remate de Florian a los 66 minutos que se marchó fuera a pocos centímetros del poste, el disparo de Benja en el lateral derecho de la portería de Moso que se estrelló en el segundo palo en el minuto 71, el centro que se paseó por delante de la portería del Sporting sin que Cases llegara a rematar en el 77, o el remate a bocajarro de Samu que atrapó Moso en la misma línea de gol cuando se llegaba al minuto 83.