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De tal palo, tal astilla. Este aforismo podrá aplicarse quizás, al joven meta ciutadellenc, David Moll, hijo del que fuera uno de los mejores porteros del fútbol menorquín en la edad contemporánea.

Biel Moll, un cancerbero sobrio, ágil y con notable facilidad para los balones aéreos sentó cátedra en el Atlètic de Ciutadella, CE Ferreries y CE Alaior, e incluso desechó una propuesta para incorporarse al Sporting de la Segunda División B a finales de los 80.

El domingo su hijo, David, hizo el debut en Tercera División como guardameta del CE Ferreries, precisamente uno de los clubes donde su padre jugó rivalizando con otro gran guardameta de la época, Mir. David admite que "he aprendido mucho de mi padre al que he tenido como entrenador porque apenas me acuerdo de cuando él todavía jugaba.

Tras pasar por el Penya Ciutadella de División de Honor juvenil, David está ante una gran oportunidad para abrirse camino y emular a su padre o superarlo.

"Tiene buenas condiciones, pienso yo, no lo hace nada mal pero ahora tiene que ir poco a poco, y claro que puede superarme", afirma, orgulloso su padre.