Héctor. El jugador del Mercadal pugna por un balón en el terreno del Son Ferriol - futbolbalear.com

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Tiró de oficio y una pizca de fortuna ayer el Mercadal para cumplir el pronóstico y añadir tres nuevos puntos a su casillero ayer en Son Ferriol. Un solitario gol de Robert Pulido en la primera parte le bastó para tumbar a un enemigo modesto pero que acumuló méritos sobrados para no salir derrotado. El Mercadal fue un luchador veterano que aguardó su momento para dar un golpe certero y volver a su rincón sin exhibir todo lo que su potencial le obligaría a hacerlo.

Algo ficticio fue el control inicial del partido por parte del grupo de Yerai. La superioridad en el centro del campo donde se impone el músculo de Melià y Jeroni sólo encontraba la solidaridad de Lacueva, certero en cada intervención por la banda derecha, aunque no pudiera conectar ni con Rubén, primero, ni más tarde con Héctor, ubicado en la banda izquierda. Yerai había intercambiado las posiciones de ambos jugadores de salida y los fue permutando a lo largo de los primeros 45 minutos.

Los primeros zarpazos, sin embargo, los dio un Ferriolense ramplón aunque encomiable en su esfuerzo por proponer un fútbol combinativo. Fueron dos balones en largo, no obstante, los que pudieron darle ventaja en el marcador. En el primero Soriano se quedó solo ante Barceló pero elevó el balón en exceso, y en el segundo, Carmona, en jugada individual por la derecha, también lanzó desviado.

El Mercadal pasaba desapercibido ante el meta local, con un Rubén Carreras irreconocible por su ausencia de chispa, hasta que una genialidad de Lacueva cediendo de tacón a su mejor aliado, David Mas, casi sobre la línea de fondo, permitió al lateral poner el balón en el área pequeña donde Pulido remató al fondo de la red. Corría el minuto 29 y el marcador se mostraba excesivamente generoso para el conjunto mercadalense.

Dos minutos después Menut cayó ante Miquel Capó en una jugada comprometida para el árbitro que optó por dejar seguir el juego, y a poco del descanso, de nuevo Soriano se plantó ante Barceló pero se entretuvo en demasía y Miquel Capó, rápido, obstruyó su disparo.

No había transcurrido un minuto de la reanudación cuando Soriano, otra vez, asustó a Barceló desde la frontal del área con un tiro ajustado al poste izquierdo por fuera. Pero la ocasión más clara del partido la tendría Menut, cuando se encontró con un balón franco en el segundo palo tras no llegar al despeje Pulido, y su disparo se estrelló en el poste cuando toda la portería era suya.

El infortunio del modesto Ferriolense no se había acabado todavía porque a los 20 minutos Soriano, especialmente desafortunado en sus acciones ante la meta de Barceló, protestó una falta en la misma frontal del área de su equipo y algún improperio fruto de la impotencia debió escapársele porque el árbitro le mostró la cartulina roja directa.
El Mercadal vivía de su fortaleza en la medular, acrecentada con la entrada de Jandro, y las penetraciones de Lacueva por la izquierda. Una falta botada por éste la cabeceo Jeroni en la ocasión más peligrosa de su equipo, ademas de la del gol. El Ferriolense, aún con diez, todavía tuvo arrestos para buscar el empate en los últimos cinco minutos mientras los de Yerai contemporizaron el juego hasta el final para obtener un botín precioso aunque muy posiblemente excesivo.