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Si hubiera que destacar una parte positiva del partido disputado ayer en Lloseta, es que el fútbol ganó adeptos si no los tenía ya. Buen encuentro el que disputaron tanto el Llosetense como el Mercadal, con mejor resultado para los locales, que encandiló a las más de 250 personas que acudieron al municipal. Y como el fútbol tiene poco margen para las sorpresas argumentales, se cumplió uno de los guiones previsibles, aquel que decía que el Llosetense podría aprovecharse del importante número de bajas con el que afrontó el Mercadal este duelo.

Tanto Oscar Troya como Yeray Rodríguez apostaron por hacer un buen espectáculo, en una primera parte muy equilibrada donde dos acciones seguidas del conjunto local por mediación de Sergi Rojals desequilibraron la balanza para los de casa. La primera ocasión que firmó el talentoso delantero mallorquín la paro el portero del Mercadal, Cristian, que se exhibió en un remate de cabeza. No estuvo tan acertado en la segunda oportunidad local. No falló Rojals a los ocho minutos para batir a Cristian y resarcirse de la opción perdida.

Con el 1-0, el Mercadal estiró las líneas, en busca del empate, e intentó sorprender al meta local Mingo con chuts desde fuera del área que jamás llegaron a inquietar ciertamente el guardameta. En este tramo estuvieron muy activos los dos atacantes con los que afrontó ayer el duelo el técnico canario, David Camps y Joel Marqués, que fueron los jugadores mas incisivos del equipo rojiblanco en los primeros 45 minutos. No se movió el resultado a pesar de que hubo ocasiones tanto para el 2-0 como para el 1-1.
En la reanudación todo cambio con el segundo tanto local, que llegó por mediación de Jota en el minuto52. Y cambió el panorama por que en la jugada anterior pudo marcar Joel, aunque su ocasión se marchó fuera. Con el partido realmente muy cuesta arriba y la sensación de que los deberes estaban hechos, el Llosetense, a partir de ese momento, replegó líneas. No le perdió la cara el Mercadal al partido y buscó con insistencia un gol que rebajara las distancias y diera mínimas esperanzas de sacar algo positivo de la visita a Lloseta. No surtió por la falta de acierto visitante y porque en cualquier despiste rojiblanco podía llegar el tercero.

Chocó una y otra vez el Mercadal contra el muro mallorquín y cuando el cansancio ya empezaba a hacer acto de presencia, el Llosetense aprovechó su frescura para sentenciar el duelo. Fue fruto del infortunio ya que el 3-0 llegó en una acción que el colegiado decretó que el mercadalense Pepo se introdujo en su propia portería. El epílogo llego desde los once metros, un tanto que sirvió para que el jugador menorquín, Miguel Ángel Reynés, pusiera la puntilla a un Mercadal que cada vez ve el peligro del descenso de forma más real y permite al Llosetense mantener intactas sus aspiraciones de luchar por meterse en la zona de play off.