Asamblea. Los socios del Sporting dieron el visto bueno a la propuesta de disolución y creación del nuevo club que ha sorprendido en la FFIB - Javier

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La disolución del Sporting Mahonés que ha traído emparejado el nacimiento de un nuevo club, el CF Sporting Mahonés 1974, ha causado sorpresa en la Federació de Fútbol de les Illes Balears tras conocerse el acuerdo de la asamblea extraordinaria celebrada el lunes en el Ayuntamiento de Maó.

Del mismo modo, el paso de la misma directiva de un club a otro crea confusión en el ente federativo dada la teórica inhabilitación por seis años en la que incurren los directivos que disuelven la entidad según la circular refrendada en la última asamblea de esta misma federación.

El asombro viene derivado de las gestiones que aún realizaban los altos dirigentes de la Balear ante la Española para conseguir que el Sporting Mahonés pudiera inscribir a un equipo en la categoría Regional la próxima temporada. A pesar de la primera negativa verbal del secretario general, Jorge Pérez, "nunca podrán decir que tienen un escrito en el que les dicen que no pueden sacar equipo porque mentirían, y nosotros aún estábamos trabajando para que consiguieran la autorización y yo creo que lo hubiésemos conseguido; han tenido mucha prisa en disolver al club", explica un alto cargo de la FFIB a quien Miquel Bestard, convaleciente en el hospital, había encargado esta cuestión. Sin embargo esta licencia especial solo le habría permitido inscribir a un equipo en Regional que en ningún caso habría podido ascender a categoría nacional, es decir, a la Tercera División, mientras no liquidase la deuda por completo.

Cuestionado al respecto, Fernando Osuna, presidente del club disuelto que también lo será, en principio, del nuevo club, señala que "si nos daban permiso adquiriendo nosotros el compromiso de ir pagando cada año era para poder competir sin limitaciones. Es o sí o no, pero no a medias, por eso no nos quedaba otra alternativa de hacer lo que hemos hecho".

La junta de Osuna explicó a los socios en la cita asamblearia que Paco Segarra había dejado una deuda superior al millón cien mil euros repartida en diferentes conceptos. Esta suma no podía ser cubierta ni a corto ni a medio plazo. La propuesta del club consistía en abonar la partida federativa -125.000 euros- en plazos.

Ahora, disuelto el Sporting, Seguridad Social, Hacienda, Federación, Fogasa, Entrenadores.. ya saben que no cobrarán aunque Osuna subrayó en la asamblea que harán lo posible por negociar y abonar las sumas pendientes con los proveedores, "porque yo quiero poder pasear por mi ciudad con la cabeza bien alta", dijo el presidente.

El presidente recordó que Segarra y los directivos que le fueron fieles hasta el final no dejaron ningún libro de contabilidad que refleje los movimientos económicos de su mandato, y que había encontrado facturas de todo tipo incluidos viajes, supuestamente particulares del propio Segarra, su familia y Matías Borsot, entre otras muchas.

Hoy, juicio contra Segarra

La sentencia que aplique el juez que hoy verá la demanda interpuesta por la empresa Intersport contra Paco Segarra y cinco directivos (Pedro Lozano, Alfredo Tifón, Miquel Olives, José Pons y Pedro Masa) podría desencadenar una reacción en cadena con nuevas demandas contra el expresidente del club si resulta favorable a la empresa demandante. Ésta le reclama el impago de diversas facturas por valor de 16.000 euros.

Entre los cinco directivos demandados figura Pedro Lozano, el único de los citados que acudió a la asamblea del lunes. Loazon es el actual presidente del Sporting Illa de Menorca, que también fue secretario de la junta de Segarra hasta que presentó su dimisión junto al resto de directivos que también se desmarcaron del anterior mandatario a mediados de la pasada temporada.