El goleador unionista, Javi Lacueva, se eleva para cabecear un balón en un partido de esta temporada ante el Sami

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Dos equipos y un único destino; el título de campeón insular. Unión y Sami han prolongado su lucha por el cetro de Regional, limitada a ambos desde hace tres semanas, hasta la jornada final, para este sábado a partir de las 17.30 horas. El cuadro mahonés, líder con 34 puntos (y el averaje en su favor), recibe en San Carlos al Ferreries. El conjunto de Ciutadella (segundo clasificado; 33 puntos), al Sporting de Mahón.

La aritmética es evidente; la Unión, al frente de la clasificación prácticamente desde que la competición desperezó, celebrará la conquista si vence o consigue idéntico resultado al del Sami. Incluso perdiendo, si eso combina con un empate de los de Tóbal Tudurí, a los que únicamente vale ganar y aguardar que no lo haga su rival.

El cuadro mahonés, que malgastó su primer 'matchball' la semana anterior al empatar precisamente con el Sporting de Mahón, está totalmente centrado en ganar y alcanzar un título en el que ha reiterado más que nadie en la historia del fútbol menorquín (en sus distintos formatos, son catorce los campeonatos de Regional que atesora la entidad), pero que por contra no celebra desde 1993.

Y desde 2011, en que el éxito se lo embolsó finalmente el Villacarlos, la Unión nunca anduvo, durante el último decenio, tan cerca en Liga de la cima como en la presente ocasión. La prioridad del club mahonés, y en ello ha abundado su técnico Juan Romero en las fechas previas al día D, es no ser preso de la ansiedad que pueda propiciar el clima de máxima ilusión que se respira en San Carlos.

Eso en el plano anímico y mental. En el deportivo, dar con la respuesta táctica precisa para rebasar a un adversario, el Ferreries, al que si bien el equipo mahonés ha derrotado en las dos oportunidades en que se han enfrentado en la actual campaña (0-4 en Copa; 0-2 en la ida liguera), llegará a San Carlos con la vitola de muy sólido adversario como visitante (excepto en la jornada inicial, que cayó en feudo del Sami, los de Pere Genestar no han perdido nada más lejos de Sant Bartomeu, para una estadística de cuatro victorias y dos empates). Un desafío en todos los sentidos por tanto para la Unión, deseosa de olvidar la decepción que implicó perder la última final de Copa y de una vez por todas de asemejar el presente con su exuberante pasado.

Agazapado, consciente de que el éxito no depende en exclusiva de su propio resultado, aguarda el Sami, del que pocos dudan que dará cuenta del Sporting de Mahón. Su ventaja en relación a la Unión es una; carece de presión alguna a nivel institucional, en tanto que. según admite su propio técnico, Tóbal Tudurí, el objetivo de la temporada ya se ha cumplido a nivel de club, lo cual no rebaja su ambición por conquistar la segunda liga Regional en su historia (la primera nos remonta a 1994).

Ganar a un Sporting que no suma los tres puntos en un partido desde el pasado 14 de enero –y que solo ha sumado una victoria lejos de Bintaufa– es el primer precepto del Sami. El segundo y último, confiar en que el Ferreries puntúe en Maó. Unión y Sami, dos equipos y un único destino.