Rubén Carreras, presionado por Ignasi Dalmedo, intenta alcanzar el balón. | Josep Bagur

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La liga está que arde por la zona baja y el Mercadal no quiere salir chamuscado en este rush final de competición que afronta con firmeza dispuesto a conseguir un caudal de, cuando menos, nueve puntos para abrazar el objetivo de la permanencia. Binissalem (16.30 horas, Ferretjans Arrom) es el primer obstáculo a sortear para ver más de cerca una salvación en la que el grupo rojiblanco cree a pies juntillas.

Las dos últimas derrotas frente a Collerense y Poblense, han frenado la arrancada que llevaba el conjunto de Nan Moll y le han devuelto a las posiciones de descenso. Estos dos últimos marcadores «nos obligan a conseguir una victoria rápida para engancharnos al tren de la salvación; nos han hecho daño en el sentido de los resultados» afirma el técnico ciutadellenc quien valora que «de los que estamos abajo, el equipo que pueda gestionar mejor el ansia, sacará adelante la situación».

En el Miquel Pons, escenario del choque, Moll quiere que el equipo recupere la imagen ofrecida frente al Platges y Constància y para ello ha trabajado con el colectivo intentando disipar las dudas y la presión «el objetivo es hacer lo que sabemos, el equipo ha competido y lo ha demostrado, hay que salir con una mentalidad ganadora, sin prisas por llegar arriba, por buscar la meta rival, hay que restarle importancia a esto» indica el preparador que abunda en su mensaje tranquilizador «no hay que preocuparse por los tres puntos, el Mercadal debe jugar al fútbol, creer en lo que hace y ayudarse entre los propios jugadores, esto es lo que nos sacará de aquí. El ejemplo más importante fue el del Poblense «el rival salió metido al partido desde el primer minuto y hasta el final. No dejó de presionarnos en la salida nuestra de balón en todo momento pese a que el marcador señalara un 0-3, 0-4, siempre quiso más».

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