Lance del partido que el Mercadal perdió ante el Llosetense el sábado anterior en la isla vecina. | MIQUEL A. BORRÁS

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El Mercadal sigue sin ganar. El conjunto rojiblanco entregó el pasado sábado ante el Llosetense a domicilio una nueva derrota (1-0), la octava que sufre en los once partidos que ha disputado (completa su tránsito con tres empates), que además le ha postrado en el último lugar de la clasificación del grupo balear de Tercera División, con tres puntos, por vez primera desde que la temporada alumbró –la zona de permanencia localiza ahora a cinco puntos para el cuadro menorquín.

En Montuïri, enclave que albergó el partido al estar en obras el Municipal de Lloseta, el guión en relación a citas precedentes no fue novedoso para los rojiblancos, que gozaron de alguna opción de gol en la primera mitad para terminar claudicando por la mínima tras el descanso. Si bien matemáticamente la situación del equipo centro insular no es dramática, las sensaciones que proyecta, con evidentes dificultades para optimizar su producción ofensiva, como también en labores de protección de su portería (23 goles encajados en once encuentros), y que le han privado, discurridos dos meses de curso, de poder celebrar algún triunfo, sí empiezan a ser preocupantes.