Omoruyi y Tomeu Amengual, que tuvieron varios encontronazos, en un lance del partido | Gemma Andreu

TW
2

La tercera victoria liguera del Atlético Villacarlos lograda este domingo sobre el Huesca llegó acompañada por unos hechos anómalos que se produjeron en la primera parte y que reflejó, advertido por su asistente Haitam Bouzrati, el árbitro Nil Cubas en el acta; la detención momentánea del juego por unos presuntos insultos racistas al futbolista del cuadro oscense, Carlos Omoruyi, y que habrá que esperar si ello puede acarrear sanción al club villacarlino. Una interrupción inédita en la historia reciente del balompié menorquín.

«No recuerdo que haya sucedido alguna vez esto en Menorca en muchos años». Quien se pronuncia así es Pau Carbonell, delegado arbitral en la Isla. Cuestionado por la hipotética sanción que el comité de competición de la Federación Española le pueda imponer al Atlético Villacarlos, la opinión personal de Carbonell es «que al ser un caso aislado, puntual, ya que tras el aviso del arbitro al delegado ya no volvió a suceder, creo que todo se quedará en una advertencia al club. El Villacarlos -sigue el colegiado- está bien considerado en estos últimos años» señala.

Lea la noticia completa en la edición impresa del 14 de enero en Kiosko y Más