San Carlos, un ejemplo de como entrenar a pesar de la covid-19 | Gemma Andreu

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La Unión también se ha puesto en marcha. De los primeros en la Isla que optaron por postergar el inicio de pretemporada –previsto para el 27 de agosto– a raíz de las restricciones impuestas por el Govern, a instancias de la Conselleria de Salud, respecto a los deportes de equipo y de contacto, el club mahonés ha activado un riguroso protocolo sanitario hasta el punto de que prácticamente ha blindado San Carlos. No en vano, solo jugadores y entrenadores tienen acceso al recinto, salvo muy puntual excepción, para ejercitarse, a los que además se toma la temperatura a la entrada del campo –si alguien supera los 37,5 de fiebre, no entra–, además de dejar registrado su nombre.

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En cuanto al trabajo sobre el césped, en el que se han activado el equipo de Regional que dirige Juan Romero, además del conjunto juvenil y los dos que militan en categoría cadete –el resto de equipos de formación entrarán en liza de forma progresiva a partir de la próxima semana–, el club unionista está siguiendo de forma escrupulosa las normas dictadas desde Salud, con entrenamientos en el que el contacto físico es inexistente entre jugadores –a los que asimismo se ha habilitado una zona, en uno de los fondos, para que puedan dejar sus enseres, pues los vestuarios están cerrados.

En la directiva que preside Dino Gelabert-Petrus han tomado conciencia de que la situación, a nivel social y sanitario en la Isla no es en absoluto la idónea, de ahí que el club no quiera sucumbir a ningún riesgo y haya optado por asegurar su lugar de acción convirtiendo San Carlos en zona anti-covid 19.