Clara Villanueva, en una imagen reciente | Gemma Andreu

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La histórica conquista del fútbol femenino español, con la consecución el pasado domingo de su primer Mundial, después de que la selección dirigida por el otrora cuestionado Jorge Vilda derrotase en la gran final a Inglaterra, 1-0, no ha pasado inadvertida en ningún rincón del país, del que la Isla, lógicamente, no ha sido excepción.

En ese sentido, recurrimos al parecer de Clara Villanueva Izquierdo (1985), una de nuestras futbolistas más significativas, destacadas y relevantes, y cuyo trayecto trascendió más allá de los confines isleños. La exjugadora de Barça, Granada o Sant Lluís, entre otros conjuntos, retirada desde hace algo más de un año, y que curiosamente actualmente se encuentra dando la vuelta al mundo, experiencia que inició hace algo más de dos semanas, reconoce que «los nervios», durante la final, «y la emoción», tras la misma, fue el sentir que predominó en lo que concluyó como una jornada sin precedentes en la cronología del deporte español.

Una final que alcanzó a Clara Villanueva en Puerto Escondido, ciudad de la mexicana costa oaxaqueña y en un huso horario totalmente inhóspito. «Precisamente nos perdimos las semifinales por la franja horaria, pues aquí, en México, la diferencia es de ocho horas», explica la exfutbolista menorquina, que con motivo de la final entre España y el conjunto británico, en sus fechas previas, «avisamos a varias amigas para que nos llamaran diez minutos antes de que empezara el partido», anota, además de que «activamos muchas alarmas», sigue Clara, en tanto que «el partido, para nosotras, empezó a las cuatro de la madrugada», apostilla en ese sentido.

Solventado el triunfo de España con gol de Olga Carmona, al minuto 29 de la final, ya fuera antes o después de tal diana ganadora, Clara no niega que «vivimos todo el partido con muchos nervios e ilusión», y cuando la árbitra del partido dio el pitido final, «nos emocionamos muchísimo, se había logrado», evoca la exjugadora.

Y tirando más allá en los recuerdos, y porque en cierto sentido la evolución y progresión de la que ha disfrutado el fútbol femenino español en los últimos lustros, a menor escala, ha tenido su paralelismo en la latitud menorquina, y en lo que Clara ha detentado, junto a otra precursora como la exjugadora, y actual responsable de cantera de la UD Mahón, Irene Olives, un papel absolutamente pionero y protagónico (como que fue capaz de dar el salto a la península en un tiempo en que incluso a nivel masculino tal movimiento destacaba por ocasional), nuestra interlocutora revisa que atrás quedan «muchos años de sacrificio, de trabajo, de lucha», lo cual ha propiciado que «poco a poco, las cosas hayan ido mejorando», tanto que hasta ha cristalizado el dominio español a nivel mundial.

Por último, Clara Villanueva espera que «este éxito» de repercusión planetaria obrado por la selección española «haya derribado definitivamente los prejuicios y que el fútbol no entienda de género y simplemente sea eso… fútbol», concluye, mientras prosigue dando la vuelta al mundo, ese mismo en el que ahora reina el fútbol femenino español.

Polémica

Al margen, preguntamos a Clara Villanueva sobre el polémico beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, que nuestra protagonista define como una situación «y unas actitudes que jamás se tendrían que haber dado». «Planteémonos las cosas, desde cuando un ‘superior’ se cree en el derecho de, por estar eufórico, plantarle un beso a alguien, en este caso a una jugadora», prosigue la exjugadora, convencida de que «son actitudes que demuestran que aún quedan muchísimas cosas por hacer y educar en este país, y que él, además, ha quitado el protagonismo que se merecen las jugadoras».

En definitiva, Clara considera que Rubiales «debe dimitir», pero «sinceramente, creo que no lo hará, ya que tiene un ego demasiado grande para darse cuenta de que su comportamiento es inaceptable, como ya demostró en la primera entrevista que concedió tras lo ocurrido».