Abdón Prats celebra el segundo gol del Real Mallorca, este miércoles, en Son Moix. | Miquel Àngel Borràs

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R.C.D. Mallorca Mallorca 3

Girona Girona 2

Copa del Rey | Cuartos | 24/01/2024 19:30 | Final

El Real Mallorca se ha puesto guapo porque le espera otra cita con la historia. Al principio con una exhibición y al final con un ejercicio de fe, sufrimiento y resistencia, el conjunto balear destruía este miércoles los sueños del Girona y se acercaba a los suyos con uno de esos partidos que dejan huella. Un primer tiempo perfecto en ataque y una última media hora en inferioridad y muy rigurosa en defensa metían a los de Javier Aguirre en las semifinales de la Copa del Rey. Serán las quintas de la historia para los bermellones, que conocerán el viernes al que será su rival en la antesala de la subasta por el título (3-2).

Si Aguirre hubiera metido en el vestuario a un guionista para diseñar la eliminatoria de sus sueños difícilmente le habría salido una primera parte tan redonda como la que brotaba del césped de Son Moix. Serio, intenso, ambicioso, desmelenado y con los colmillos fuera, el Mallorca borraba del mapa del Girona con una obra de ingeniería futbolística perfecta. Con una demostración de fuerza inusual. Con un avalancha de juego y carácter que se llevaba por delante al equipo de moda del fútbol europeo y rompía en mil trozos ese espejo en el que todos se miran. En una estrecha comunión con las casi veinte mil personas que poblaban las gradas, el equipo balear parecía estar haciendo sitio en la estantería de sus mejores recuerdos.

Antes de que prendiera el castillo de fuegos artificiales, que iba a ser enseguida, había tenido que aparecer Dominik Greif para humedecer el campo y evitar que una chispa suelta provocara un incendio. El portero eslovaco, que desde que llegó solo había jugado un partido en Son Moix (su accidentado estreno frente a Osasuna), abortaba con el pecho un cara a cara con Stuani que podría haber modificado la trama del encuentro. Casi a continuación, empezaba el bombardeo sobre la otra portería. Lo iniciaba Abdón y lo prolongaba Larin fallando solo ante Juan Carlos. Apenas habían pasado ocho minutos y el Mallorca, propulsado por la grada, ya corría desatado. Un centro de Jaume Costa y un cabezazo poco convincente de Antonio de Sánchez mantenían a raya y junto a su área a los de Míchel.

El Mallorca había desmontado el plan del Girona con un despegue eléctrico. Con el partido deseado. Tras un primer cuarto de hora de relámpagos parecía que el líder de la Liga iba a ponerse a cubierto, hasta que le caía otra descarga encima. Las costuras de la avanzada defensa rojiblanca saltaban y el Mallorca se plantaba con tres hombres frente a la portería enemiga. Solo iba a necesitar a dos para romper el marcador. Dani asistía y Larin marcaba.

El gol le daba un empujón tremendo al Mallorca, que estaba dispuesto a seguir lanzando bocados. El Girona, todavía entero, armaba como podía una respuesta pero volvía a chocarse con Greif. El eslovaco, segurísimo desde el aperitivo hasta los postres, desbarataba esta vez una ocasión de Savinho. Un susto que quedaría sepultado al momento. Porque tres minutos después era Abdón el que ponía Son Moix patas arriba con un zurdazo de su factoría.

En plena oleada rojinegra y con las gradas en llamas, el Mallorca completaba su función más cautivadora en mucho tiempo. Una manos dentro del área de Antal después de otro contragolpe lanzado por Larin provocaban el primer penalti de la velada. Una acción con la que Abdón engordaba el marcador y el orgullo del mallorquinismo. Son Moix se frotaba los ojos. El Súper Girona se derretía ante un equipo que había liberado por fin al monstruo que llevaba guardado dentro.

El descanso traía a un nuevo Girona, más insistente aunque igual de desacertado. Míchel movía el banquillo por exigencias del guion y ensanchaba a los suyos con la entrada de Yan Couto, punzante aunque no siempre efectivo. En la orilla mallorquinista todo seguía igual. El equipo se defendía con orden y apenas sufría. Hasta que a falta de veinte minutos todo volaba por los aires. Munuera señalaba un penalti tras un forcejeo entre Raíllo y Stuani y las airadas protestas de cordobés se saldaban con dos tarjetas amarillas casi seguidas que abrían una nueva puerta dentro de la eliminatoria. El propio Stuani marcaba, acercaba a su equipo y metía el corazón de Son Moix en un puño.

A partir de ahí, el encuentro entraba en un bucle. El Girona colgaba balones, el Mallorca los despejaba y la grada gritaba y se calentaba. Pese al acoso catalán, tampoco había oportunidades claras. Los baleares, cada vez más castigados físicamente, descontaban minutos y seguían arrimándose a la orilla. Un objetivo que solo nublaba el gol de Savio en el minuto 96. Daba igual. Nada iba a destruir al Mallorca con más identidad de los últimos tiempos. El sueño continúa. La Copa sigue llena.

Ficha técnica

3 - Real Mallorca: Greif; Gío González, Raillo, Valjent, Copete, Jaume Costa (Toni Lato, m.65); Antonio Sánchez (Morlanes, min. 80), Mascarell, Dani Rodríguez (Samú Costa, min.65); Abdón Prats (Nastasic, min. 71) y Larin (Muriqi, min. 73).

2 - Girona: Juan Carlos; Arnau (Yan Couto, min. 46), Antal, Blind, Miguel (Valery, min.60); Yangel Herrera (Dovbyk, min. 46), Aleix García; Tsygankov (Portu, min.60), Iván Martín (Pablo Torre, min. 73), Savinho; y Stuani.

Goles: 1-0, min.21: Larín. 2-0, min.28: Abdón Prats. 3-0, min.34: Abdón Prats, de penalti. 3-1, min.68: Stuani, de penalti. 3-2, m.96: Savinho.

Árbitro: José Luis Munuera Montero. (Comité Andaluz). Expulsó a Antonio Raillo (min. 67) por protestar. Amonestó a Dani Rodríguez (min. 36), Jaume Costa (min. 39), Greif (min. 71), Samu Costa (min. 94), Blind (min. 94), Couto (min. 94) y Nastasic (min. 98).

Incidencias: Partido de cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Son Moix ante 19.950 espectadores. El tenista mallorquín Rafa Nadal vio el partido desde una de las tribunas del campo.