Asensio. El entrenador posa ante su ‘reino’, el municipal de Sant Bartomeu, sede de su trabajo - Cris

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Un tipo humilde. Un madrileño atípico. El rey de Sant Bartomeu, con sus reales aposentos entrando al campo, a mano derecha. Así es Toni Asensio, que rehúye cualquier protagonismo en esa aura de éxitos que le envuelve en los tres años que lleva en el CE Ferreries como coordinador y técnico, "no es mérito mío sino de los grupos que me he encontrado", y que se resume en dos ascensos y la permanencia en Tercera. Algo de 'culpa' tiene.

¿Cómo llega a Ferreries?
Por Toni Martínez, ex jugador del club, que iba a presentarse para presidente del club y me ofreció el puesto de entrenador del primer equipo y coordinador. Me pareció interesante. Finalmente se presentó Joan Mascaró, trajo un entrenador para Regional, pero me hizo una entrevista y me ofreció llevar la coordinación del club y el equipo juvenil.

Una vez en la Isla, ¿cuáles son sus primeras impresiones?
En Madrid hay clubes importantes como el Real o el Atlético, pero no deja de haber muchos equipos similares a éste. Sí que había más la figura del coordinador. Me encontré un buen campo, con muchos jugadores y una gran ilusión ante mi llegada tanto desde el club como en el pueblo.

Vino en lo que se supone un paso adelante en la profesionalización del club, ¿no?
Independientemente de si era yo o otro, sí que fue un gran paso de cara a mejorar. Luego te puede salir peor o mejor, pero la preocupación del club era de cara a crecer.

Mejor o peor, pero su carrera se resume hasta el momento con la palabra éxito.
Hemos ido cubriendo los objetivos y en el plano personal he tenido la suerte de tener muy buenos grupos, hicimos campeones en juveniles, en regional, pero es que era lo que tocaba con los equipos que había. No es mérito mío sino de los grupos que me he encontrado.

¿Cómo puede resumir su primer año con los juveniles?
Fue fantástico. Independientemente de los éxitos, me quedo con la ilusión que se generó porque comenzamos el año con 25 jugadores y acabamos la temporada juntos. Cada semana tenía que descartar a nueve jugadores y a principio de temporada ya les dije a tres jugadores que iba a contar poco con ellos. Es para agradecérselo al grupo porque fuimos campeones y lo dieron todo en el campo.

Cumple el objetivo de subir a Nacional y le ofrecen el Regional...
No es que me lo ofrecieran. Me dieron a elegir. Hubo gente que no entendió mi marcha del juvenil, pero tenía claro que lo que más me gusta es entrenar y vi como un reto lo de ascender al equipo a Tercera.

Ascenderlo y a poco de mantenerlo.
Sí. En eso estamos. Creo que ganando al campos este fin de semana ya será casi matemático.

¿Le preocupa que entre tantos objetivos cumplidos el listón vaya subiendo?
No, porque confío en mis posibilidades, en las del club y en las del grupo. Hay que ser conscientes de dónde estamos y el año que viene el objetivo no será subir a Segunda B, será mejorar lo que hemos hecho este año.

¿Qué ha motivado el cambio del Ferreries de la primera vuelta al de ahora?
Lo primero, que el entrenador ha madurado y ha conocido la categoría. Luego lo ha hecho el equipo. Las nueve primeras jornadas empezamos encajando un gol. Es no es mala suerte. Pagamos la novatada, los nervios y la soberbia en algunos partidos. Estaba convencido de que nos salvaríamos, quizás se me tachó de iluso.

Habla de madurez, ¿cuál cree que ha sido la clave de este cambio?
El grupo. He tenido bajas y nunca me he quejado porque tengo un equipo en el que todo el mundo se puede suplir y no nos basamos en un solo jugador. Si se pierde no es por las bajas ni por el árbitro, simplemente porque no lo hemos hecho bien.

Y la confianza del club, imagino.
En ningún momento he tenido la presión de haberme jugado el puesto en un partido. El club ha confiado incluso cuando iba mal. Es evidente que pudo haber algún nervio, pero confiábamos en nosotros mismos.

¿Con qué se queda de estos tres años?
Te quedas con los ascensos, pero también con algunos partidos, como cuando le ganamos al Binissalem y luego hicimos un desfile de modelos, cosas que son indescriptibles y que hacen que me sienta pagado.

¿Algún aspecto negativo?
Cuando no van bien las cosas, hay palos. Y lo peor es que se los den a los jugadores. Yo tengo que dar todo por mis jugadores porque un entrenador se debe a su plantilla. A nivel personal duele que se vayan jugadores. Considero un fracaso personal mío que un jugador deje mi equipo. Tengo que conseguir que todos se sientan importantes dentro del grupo.

¿Le ha faltado algo?
Siempre se puede mejorar. Estamos trabajando para ello. Cuando vine le dije al presidente que, si había infraestructuras, mi intención era la de hacer del Ferreries el mejor club de Menorca. Estamos entre los mejores, con dos equipos compitiendo a nivel Balear. A mí me gusta enganchar a la gente porque no nos podemos olvidar que nos debemos al público.

Un público que se mantiene fiel.
Siempre responde. Por eso a veces no me conformo con ganarle 1-0 al contrario y debemos pedirle perdón por lo visto.

Y aunque no le guste hablar de su futuro, ¿está lo suficiente a gusto en Menorca para seguir un año más?
Sí. Mucho. Ahora mismo no se me pasa por la cabeza estar en otro club.

Joan Mascaró reveló en 'La prórroga' que la renovación está prácticamente hecha. ¿Es cierto?
No hemos terminado de cerrarlo todavía, pero tienen mi palabra. Estoy a gusto con el club y ellos conmigo. El 'pero' que yo encuentro ahora mismo es que el presidente no va a seguir y a ver quién viene. Creo que debería ser un proyecto continuista porque el club ahora mismo está muy bien, hasta cinco equipos en fútbol base están peleando por el título. Para que el Ferreries sea un club puntero de Balears falta implicación con la directiva. Depender de un solo patrocinador puede ser peligroso.