Primer año. Pasaron 17 jugadores por Menorca - Archivo

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A menos presupuesto, más ingenio que debe sustentarse, fundamentalmente, en el acierto casi pleno en los fichajes. Esa es la realidad sobre la que transita el Menorca Bàsquet en su regreso a la ACB cinco años después de su primer ascenso a la categoría reina del baloncesto europeo.

La situación coyuntural en la economía del planeta, agravada por el peso de la mochila heredada con la que cuenta el club que preside Benito Reynés después de hacer malabares milagrosos para conseguir la suma necesaria con la que superar la auditoría y ser admitido en la ACB, obligan a Paco Olmos y Oriol Humet a hilar muy fino en la confección del plantel a un coste muy reducido. Los movimientos realizados hasta el momento apuntan claramente a la modestia y a la austeridad para salir a competir con la ilusión de un club y unos aficionados que ya saben lo que se van a encontrar de antemano y están dispuestos a asumirlo.

El Menorca deberá cuadrar un presupuesto de 3,5 millones de euros, obligado por la propia Patronal que exige, cuanto menos, esa suma para militar en ella. Echando la vista atrás a modo de referencia a tener en cuenta, el primer año del club menorquinista en ACB, la campaña 2005-06, el Menorca presentó un balance de gastos que alcanzó los 3.870.945 euros, unos 630.000 euros más de la suma que se había presupuestado. El déficit final de la campaña se situó 'sólo' en 130.000 euros, según las cifras oficiales que presentó la directiva entonces presidida por José Luis Sintes, en la asamblea celebrada a final de temporada.

Entre ese presupuesto global, la partida mayor, claro está, fue para la plantilla que ascendió a 3,1 millones, casi 700.000 euros más de los presupuestados.

Ese desequilibrio es el que no podrá permitirse el Menorca Bàsquet en la campaña que viene. Aquella temporada el plantel entonces dirigido por Curro Segura con el propio José Luis Sintes, junto a Kiko Martín, director de comunicación y adjunto a la presidencia, y el director deportivo, Félix de Pablo, como órganos decisores de cuantos fichajes se realizaron, llegó a contratar hasta 17 jugadores en siete meses de competición. En total se realizaron 10 movimientos durante la temporada entre altas y bajas de jugadores que fueron y vinieron con algunas contrataciones surrealistas como las de Beric, Maras o Elton Brown quienes apenas intervinieron en el equipo por diversas razones.

Sin embargo al final todo se dio por bueno porque aquel tapón de Chuck Kornegay en el partido final ante el Manresa en Maó valió la permanencia.

En este primer retorno a la categoría el Consejo sabe que no dispone de plan B ni margen de maniobra. "La línea a seguir es la de no hacer cambios salvo que sea por lesión. Si no es así no pienso hacerlo porque nuestra economía no lo permite", decía Benito Reynés el martes en este diario.

Y en esas están Humet y Olmos que han mantenido a todos los jugadores con contrato en vigor en la LEB, salvo a Marc Fernández. Refuerzos con jugadores muy destacados en la LEB (Donaldson y Huertas), un israelí, Limonad, que debe ser el escolta titular que aporte puntos y soluciones en la construcción del ataque marcan el camino que sigue el club. El pívot comunitario y otro más, posiblemente español, más un base titular, coronarán a la plantilla que buscará la permanencia en la categoría, eso sí, más barata que la de hace cinco años.