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Y por fin llegó el gran día, la jornada esperada por Menorca desde hace 17 meses cuando el primer club de la Isla perdió su posición en la Liga de las estrellas, la ACB tras su último encuentro, también en Maó, frente al Cajasol de Sevilla. Hoy, transcurrida apenas una larga temporada y el siguiente verano, el Menorca Bàsquet vive su segundo estreno en esta selecta competición (Bintaufa, 12.15 horas).

Y lo hace por la puerta grande con un enfrentamiento que ya, a las primeras de cambio, puede resultar trascendente para el futuro del equipo en el campeonato. Así lo ha querido el sorteo. Alza el telón en el Pavelló el grupo de Paco Olmos frente al Blancos de Rueda Valladolid, otro integrante de la liguilla de los supermodestos, que arriba a este territorio tras una pretemporada rica en resultados con un equipo limitado pero competitivo.

Son 17 finales las que le aguardan a Bintaufa de aquí al final de la Liga regular, pero algunas tienen mayor peso que otras y la de hoy es una de las marcadas en rojo en el calendario inicial que puede resultar fabuloso para el Menorca si es capaz de tumbar a sus rivales directos en Maó de aquí a Navidad, o especialmente nocivo, si sucede lo contrario.

Nunca antes en sus cuatro temporadas anteriores en ACB el Menorca había conseguido inaugurar la Liga con un triunfo, pero hoy está en condiciones de hacerlo si es capaz de transformar la ilusión y "la excitación" a la que se refería ayer Paco Olmos, en un juego suficiente como para tumbar al grupo de Porfirio Fisac.

La única referencia del nuevo Menorca Bàsquet para el aficionado isleño no pudo ser más positiva en función del buen partido que se marcó en el Memorial José Timoner frente al DKV Joventut. Esa es la que retiene el aficionado, la de un equipo limitado pero comprometido, que plantea la defensa agresiva característica de su entrenador, y que cuenta con un pívot capaz, como Iván Radenovic, un base a tono como Diego Ciorciari, y un escolta en el que confiar cuando no haya manera de llegar al aro contrario, Raviv Limonad. El posible duelo del israelí con la figura de los pucelanos, Fede Van Lacke, será una de las claves del choque, tanto como el emparejamiento entre Jason Robinson y Cuthbert Victor en el '3', ambos con un pasado común en Melilla.

Radenovic, Otegi y Donaldson no están al cien por cien de sus posibilidades físicas debido a los recientes esguinces de tobillo de los dos primeros, y a la tendinitis del tercero, pero su contribución debe ser la prevista a la búsqueda del primer triunfo en la Liga.

Se trata de un examen harto difícil para el Menorca por la trascendencia del triunfo considerando que éste, el Valladolid, es uno de los rivales a los que se tiene que ganar en casa para pelear la permanencia. De conseguirlo, al amparo de una afición entregada y consciente de las limitaciones, el Menorca Bàsquet ganará kilos de moral y enormes dosis de autoestima para transitar en la Liga a la que regresa hoy por la puerta grande.