Radenovic. El pívot del Menorca Bàsquet, que penetra ante la oposición de Flis, fue el mejor jugador de su equipo - Photodeporte

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Mejoró la imagen de sus cuatro visitas precedentes, hubo debate en el parquet hasta poco más de los tres últimos minutos, pero al final, remar y remar para morir en la orilla porque cayó la misma derrota de siempre, –18 puntos–, que no reflejan la competitividad que mostró el encuentro entre Menorca y DKV Joventut. El grupo de Olmos estuvo donde tenía que estar hasta que en esos últimos minutos fue víctima de la cancha maldita, el Palau Olímpic, y los tres triples de English elevaron la desventaja a un tanteo de lo más exagerado, y por tanto, irreal en función de lo visto hasta entonces.

Una defensa aplicada y el dominio del rebote permitieron al Menorca imponer una ley insospechada de salida. Las referencias inhibidas del partido inaugural, Limonad, sobretodo, Radenovic y Donaldson, recuperaron el protagonismo lógico y dominaron el juego en el primer parcial. El israelí aceleró las transiciones mientras Victor ganaba a Hosley y Ciorciari a Robinson (7-13 a 5'22).

Pepu paró el partido pero sólo McDonald hallaba mínimos espacios en la pintura y el DKV evitaba una diferencia mayor gracias a los dos triples de English. Con 12-19 a 2 minutos del final, el técnico local ponía en cancha a Norel y Tomás, y el marcador se detenía en 16-19 al final del tramo.

El cambio de base también modificó el perfil del partido en la reanudación. Con Franch al frente de las operaciones, y el jovencísimo artillero checo, Jelinek, en el perímetro, junto a Norel en la pintura, los papeles se intercambiaron. Las rotaciones hicieron esta vez mella en el Menorca, que sólo mantenía en pista a un titular, Donaldson, y había perdido de vista la canasta contraria. Rápido el Joventut se puso por delante (20-19 a 7'53) y ya no abandonó su ascendencia en el luminoso gracias a su habitual defensa agresiva y la rapidez de sus ataques mejor elaborados con sus canteranos en pista. El rebote fue ahora verdinegro y el regreso de McDonald hizo el resto. El experimentado americano hizo de todo y pese al regreso de Radenovic y el resto de titulares, el ex de Estudiantes marcó el choque para incrementar las ventajas. Olmos devolvió a pista Ciorciari y Limonad pero la renta prosiguió su avance para llegar a los 11 puntos (40-29) que finalmente se quedaron en 9 (42-33).

Un parcial de 0-5 pareció insinuar una nueva batalla tras el descanso porque volvió a meter al Menorca en el partido (42-38). Pero entonces Trías tiró de galones en su pelea personal con Donaldson y de su pique con él, ofreció su mejor versión para convertirse en el finalizador de la Penya en este tramo. Franch volvió a acelerar las acciones locales al tiempo que el Menorca se veía obligado a jugar en estático y pese a su permanente búsqueda de Radenovic, McDonald y Trías le barraban el paso fortalecidos con una zona 3-2. Pese a las dificultades arriba, el grupo de Olmos se mantenía en el juego con la aportación de Donaldson y la entrada efectiva de Caio. La Penya se había ido otra vez 10 arriba (59-49) pero un nuevo arranque menorquinista con canasta sobre la bocina de Caio dejaría el marcador en 64-58 para encarar el último cuarto.

Seguía creyendo el Menorca en su primer asalto al Palau y lo demostró de salida (67-65 a 7'21). Víctor ayudaba por dentro para sujetar a McDonald y el equipo de Olmos estaba en la batalla. Pero un triple de Franch y una perdida en ataque se convirtieron en un parcial de 5-0 para los badaloneses (72-65) que echó por tierra ya todas las ilusiones menorquinistas pese al tiempo muerto de Olmos. English se sacó tres triples más de la manga que dejaron el partido visto para sentencia y la diferencia se agrandó (86-71) hasta los 15 puntos.

El Menorca había intentado lo imposible y el Joventut rentabilizado los espacios regalados para situar un marcador final tan rotundo como excesivo. El Palau Olímpic sigue siendo una cancha maldita para el menorquinismo latente en la ACB.