Acción espectacular. Imagen de un salto de Lluís Martínez en el ‘Skate Park’ de Sínia Costabella de Maó - Ll.M.

TW
0

"Me caía, pero me levantaba. A menudo me hacía daño, pero me daba igual. No podía parar. Un día en Alaior me disloqué el codo. Me moría de dolor. En casa me advirtieron. Pero esto es lo que quiero hacer". Es el riesgo que tiene inmiscuirse en una modalidad de patinaje que se puede practicar en un 'Skate Park' como el mahonés de Sínia Costabella o en la misma calle, el 'Urban Agressive Skate'.

Un chaval de Maó lo explica perfectamente. De hecho esta historia es suya. Es Lluís Martínez. Se calzó sus primeros patines hace cuatro años, tras abandonar un 'skate' tradicional, eso que los clásicos llaman un monopatín. "Lo rompí de tanta caña que le daba", dice este chico que ahora tiene 16 años, que el próximo curso estudiará Primero de Bachillerato en el Instituto Pasqual Calbó y que sueña con "ir a Estados Unidos, la meca del patinaje urbano y donde los patinadores profesionales se pueden ganar la vida solo patinando".

¿Aquí? "Uff, es muy difícil. En Francia está más organizado. Incluso hay una federación que lo reglamenta todo. En España hay competiciones, pero todo es un poco más precario".

Y eso que Lluís tiene suerte. "Me fichó el SlideInline de Alicante. Somos tres y competimos. Me pagan los desplazamientos y los gastos". Y en casa, ¿qué dicen? "que lo primero son los estudios y que vigile con las caídas. En los estudios voy bien porque quiero hacer Comunicación Audiovisual. Y en lo segundo, si no arriesgo, no hay superación. Con el tiempo aprendes a calcular", indica un Lluís que afirma que 'los skate park' de aquí se me quedan pequeños y tengo que inventarme cosas" ¿Por la calle? "Sí, pero con cuidado. La poli no dice nada porque antes se rompen los patines que el mobiliario urbano". Lluís practica cada día, además de jugar a baloncesto como base en el CCE Sant Lluís cadete. Ya ha ganado dos competiciones amateurs. Y es que el niño quiere volar.