El tren del ascenso. Jugadores, novias, esposas, directivos y empleados del club llegaron a la Plaza del Ayuntamiento donde les aguardaban los aficionados, plenos de animación a bordo del tren turístico - Javier

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Si a alguien le quedaba alguna duda, Menorca quiere ACB. Sin que se recorten en sanidad, educación ni ningún otro servicio vital, aplicando un sencillo criterio matemático que se basa en que el presupuesto destinado a Deportes se reparta sin agravios comparativos.

Así de claro lo dejaron cerca de mil personas que acudieron ayer a la plaza del Ayuntamiento de Maó para acompañar a sus nuevos héroes en una ceremonia plagada de cánticos, música y buen rollo, que revelo el buen rollo de la plantilla, una buena sintonía envidiable y que ha sido la base para volver a la zona VIP.

A la fiesta le faltó el calor propio que hubiese supuesto lograr el ascenso en el Pavelló Menorca y que habría arrastrado al público directamente a la plaza. Pero aún así, el público, que quizás estuvo un poco distante, respondió una vez más y los jugadores lo agradecieron.

La plantilla del Menorca Bàsquet llegó a la cita en el tren turístico que atraviesa la ciudad tras un desfile por las calles más importantes de Maó. Vestidos de naranja y saludando por doquier, los protagonistas desfilaron hasta el balcón del ayuntamiento donde esperaban las autoridades.

Águeda Reynés abrió el turno de parlamentos, y le siguió Benito Reynés, más cómodo que nunca ante el micrófono arrancándose a cantar incluso. Berrocal, Urko, Bas, Coppenrath... todos saludaron desde lo más alto y agradecieron a una afición para la que se deshicieron en elogios.

"El año que viene Menorca-Real Madrid", "Menorca Bàsquet", "Un senyor damunt un ruc", "mallorquí es que no boti" o "Menorca ACB" fueron algunos de los cánticos, otros más subiditos de tono y uno curioso, "¿Dónde está JM?". Los jugadores se referían, claro, a Josep Maria Berrocal, pero hubo más de uno que pensó en Javier Morente, director genera d'Esports, ausente en todo el play off.

El Menorca apartó por un rato el pesimismo aunque el mensaje fue unánime: "Ojalá el año que viene podamos disfrutar lo que nos hemos ganado deportivamente".

Entre las cientos de felicitaciones que recibía el presidente no ha figurado la del diputado Toni Camps, como ayer informamos por un error de interpretación.