TW
0

España se tomó cumplida ventaja ante Rusia, por 67-59, en la semifinal y abrió de par en par las puertas del cielo olímpico para llegar a la final. Una ocasión histórica para España y para Sergio Llull que se convirtió ayer en el primer menorquín en lograr una medalla olímpica. Mañana quedará resolver la duda en la final ante Estados Unidos si el metal será de oro o de plata.

Cuatro años después España volverá a ser protagonista en la final olímpica de Londres como lo fue en la de Pekín. Y no fue fácil, al contrario. La selección española vivió una auténtica pesadilla durante la primera parte del partido. Fue como una especie de película de terror baloncestístico en la que ninguno de los protagonistas, Pau y Marc Gasol, Navarro o cualquier otro jugador del equipo español, pudieron anotar canasta alguna, cualquiera que fuese la circunstancia o acción.

Los 20 puntos anotados en veinte minutos de juego delatan la falta de acierto, y los porcentajes de tiro fueron dignos de una auténtica hecatombe: 4 de 18 tiros de dos (22%), 2 de 11 de tres (18%), para un total de 6 de 29 tiros de campo (21%).

Con esta situación lo mejor de todo fue que el equipo se marchó al vestuario perdiendo solo por 11 puntos (20-31). Cuando lo normal hubiera sido que el partido estuviera ya fuera de alcance. España tampoco brilló en defensa individual ni en la zona, y tuvo fallos de bulto imperdonables.

Dos triples, de Rudy y Navarro, un punto más de intensidad en las defensas alternativas y un mucho de concentración, permitieron a la selección ir recortando la diferencia, meterse en el partido y que los aficionados pudieran volver a soñar, 43-44 (min.28), cuando Rusia empezó a dudar y Calderón, con un triple galáctico, empató a 46 a diez minutos del final.

A Rusia le comenzaron a temblar las piernas y más cuando coincidiendo con el final del tercer periodo José Manuel Calderón clavó un triple galáctico que empató el partido, 46-46.

Una de las leyes no escritas del baloncesto dice que una remontada no surte efecto si el equipo protagonista no se pone por delante en el marcador. España lo intentó con un tiro de Pau que no quiso entrar. Los rusos respiraron. A la cuarta personal de Kirilenko (min.33), le siguió otro triple estratosférico de Calderón que, ahora si, puso a la selección por delante en el marcador, 51-49. Y un contragolpe, el primero del partido para España, culminado por Llull significó el 53-49. Marc Gasol se sumó a la racha y el marcador se fue hasta 55-49. Un sueño hecho realidad.

La ventaja subió a diez puntos a falta de cinco minutos, 60-50 con una gran labor colectiva. España gestionó la ventaja a la perfección para ganar (67-59). Mañana, a robarle el oro a Estados Unidos.

"Al final nos divertimos y
así es cuando jugamos bien"

Al final del partido el menorquín Sergio Llull estaba exultante. El escolta de la selección, que también ha actuado como base al igual que juega en el Real Madrid, aseguró que "teníamos que jugar como sabemos". Para el mahonés será la primera final olímpica y matizó: "Estoy muy contento; hemos vuelto a hacer historia y ya tenemos una medalla seguro, que era el objetivo que nos planteamos al principio de la concentración, ahora hay que disfrutar, mañana -por hoy- descansar y luchar el domingo en la final con quien sea...".

Llull, que volvió a tener mucho protagonismo en el esquema de Sergio Scariolo, reconoció que "Ha sido un partido duro y muy disputado. No estuvimos nada cómodos en la primera parte pero después salimos a morder y estuvimos más acertados, defendiendo fuerte". El propio jugador admitió que "no era normal el juego que hemos hecho al principio. Demasiados nervios, demasiada ansiedad. Queríamos remontar en un minuto y nos hemos quedado con 20 puntos al descanso. Sabíamos que teníamos que jugar como sabemos y es lo que hemos hecho en el segundo tiempo."

Pero, ¿qué cambió en el descanso?. El menorquín reveló que hubo una charla importante en el paso por los vestuarios para cambiar el signo del partido. "Nos dijimos que esos no éramos nosotros. Que no teníamos que ganar el partido en dos minutos y que si se iban de siete u ocho no era cuestión de meter un triple que valiera nueve. Había que jugar con calma y tranquilidad. Estuvimos duros en el rebote, en defensa y nos divertimos, que así es cuando jugamos bien", manifestó.

"Ahora mismo siento una emoción indescriptible. Hemos ganado una medalla olímpica. Millones de personas sueñan con ella y muchos lo hacen incluso mejor que nosotros y nunca lo han logrado. Siempre competimos y eso nos hace especiales", dijo el seleccionado Sergio Scariolo.

"Estoy especialmente satisfecho de la aportación de Felipe, San Emeterio y Llull. Han ayudado mucho cuando se les necesitó", añadió el técnico que se mostró ambicioso y quiere el oro.