Miquel Tudurí. Dolido por las presiones recibidas que le han llevado a dimitir - mju

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Miquel Tudurí (Maó, 64) puso fin el pasado sábado a más de media vida vinculado al Hipódromo Municipal de Maó como comisario de carreras desde finales de los años 70 cuando comenzó el ejercicio en la junta presidida por Martín Mata.

Cansado de las discrepancias con un sector de la junta, y en parte, forzado por ella, decidió presentar su dimisión irrevocable en el transcurso de la asamblea deportiva de la Sociedad Hípica Amigos del Noble Bruto para conductores y propietarios a la que también había sido citado.

"Una parte de la junta formada por conductores y propietarios quería que me fuera, y lo ha conseguido", explica Miquel Tudurí a este diario. Por eso admite que "en parte sí me siento dolido y decepcionado con algunas personas de allí pero también pienso que me he quitado un peso de encima". La complicada tarea de juzgar siempre crea diferencias como en la mayoría de disciplinas deportivas, y la hípica no es ajena a ellas.

El que ha sido comisario de carreras explica que se veía venir este desenlace de la situación cuando el mismo sábado miembros de la junta le impidieron que retirara un DVD de las carreras para repasar algunos incidentes como siempre había hecho, "me quedé sorprendido y ya me vi venir lo que preparaban", señala.

"Me dijeron que fuera a la reunión de la tarde cuando no tenía por qué hacerlo porque era algo exclusivo de conductores y propietarios, no un tema federativo y cuando uno está quemado esto fue la gota que colmó el vaso porque quisieron meterse en una cuestión que no les atañe".

La reunión resultó tensa por momentos, hasta que el comisario anunció su marcha. Ya tenía prácticamente decidido dimitir, pero lo que sucedió en la junta acabó de convencerle, indica. "Un vicepresidente de la junta me dijo que no juzgaba igual a todos, y se refirió a que yo había distanciado a un caballo suyo. Eso ya no lo pude soportar, dije que me marchaba porque estaba claro que este señor miraba más por su propio beneficio que por el buen funcionamiento de las carreras".

Miquel Tudurí ha ejercido esta labor de comisario de forma altruista durante estos 34 años, "no sólo no cobramos sino que al cabo del año nos cuesta dinero pero lo hacemos por gusto", explica.

Después de media existencia vinculada al hipódromo desde el papel de juez, Tudurí se queda "con la gente que he conocido en estos años y ha sabido comprende, reconocer y respetar este trabajo, además de las amistades que he hecho".

Desde que comenzó hasta que ha terminado "las carreras han cambiado muchísimo; antes eran apenas cuatro caballos por carrera y ahora son 12, también han cambiado mucho las normas federativas que impedirían que hoy corrieran muchos de los caballos que corrían hace 30 años. Además, el trote antes no era tan limpio como es hoy en día. Todo ha mejorado mucho".