Protagonistas. Isma Triay y Carlos Puerta posan con el que será su coche de competición, un Seat Ibiza de 1990 con 20.000 kilómetros - c.p.

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Los sueños te dejan llegar tan lejos como seas capaz de luchar por ellos. Carlos Puerta Mascaró e Isma Triay Florit son dos jóvenes menorquines labrándose un futuro por Barcelona y en el ocaso de su vida universitaria han decidido ir un paso más allá y enrolarse en una aventura por el desierto de Marruecos con uno fondo solidario.

El Raid Unidesert permite a 150 equipos formados por dos estudiantes complementar las lecciones aprendidas en las aulas con aquellas que únicamente te proporciona la experiencia de la vida, el trabajo en equipo, la cooperación y madurar. Todo ello durante nueve días en los que recorrerán más de 2.500 kilómetros en un Seat Ibiza del año 1990 y sin más ayuda que un roadmap y una brújula mientras reparten 30 kilogramos de material escolar y sanitario por zonas muy necesitadas.

"El principal objetivo es saciar el espíritu de aventura que tenemos pero lo más importante es que mientras lo hacemos podremos colaborar con un proyecto humanitario", explica Carlos Puerta, proyectista del departamento de conceptos vehículos del Centro Seat en Martorell. "El reto no empieza en la meta, sino mucho antes, ya que encontrar la financiación necesario para participar también forma parte del aprendizaje, así como encontrar el coche ideal y ponerlo a punto", aporta Isma Triay, que trabaja como asesor empresarial.

La máquina que han elegido para afrontar el reto es un Seat Ibiza rojo del año 1990 de 900 cc que lleva acumulados 22.000 kilómetros "que consume poco y que hemos rescatado por 680 euros", desvelan. De hecho, otro de los requisitos de la organización es que el vehículo tenga más de 20 años.

Llegados a este punto cabe matizar que el ganador del desafío no será el más rápido sino el que sea capaz de cubrir la distancia con el menor número de kilómetros recorridos. "Es un reto en todos los sentidos, desde el de movernos por otro país sin GPS (está prohibido), hasta el de trabajar en equipo, ayudar a otras parejas que tengan problemas, en definitiva, hay que espabilarse", apunta Triay.

El reto arrancará el 22 de febrero cuando el equipo menorquín se desplace de Barcelona hasta Algeciras donde el 23 es la concentración. El 24 empezará la carrera con la primera etapa entre Tánger y Midelt. Las siguientes irán pasando sucesivamente hasta llegar a Marraketch tras seis etapas y regresar a Algeciras el 3 de marzo. "He viajado muy poco, no conozco la zona pero creo que no hay mejor forma de descubrirla que esta, es una auténtica aventura", explica el alaiorense Triay.

Un mes para decidirse

La aventura de estos dos intrépidos exploradores empezó hace casi un mes cuando Puerta conoció de la existencia de la Unidesert. "Tras informarme y ver que además de la aventura había el fondo humanitario, busqué un compañero e Isma no lo dudó", explica el mahonés, que está haciendo un postgrado de automoción en la UPC, en Barcelona.

El precio por cada participante es de 960 euros que incluyen servicios técnicos y reparaciones durante la carrera, alojamiento en media pensión, entre otras cosas como la seguridad y el seguimiento personalizado, aunque no la gasolina ni para la prueba ni para llegar hasta Algeciras desde Barcelona y volver, así como tampoco la puesta a punto del coche que debe cumplir unos requisitos de seguridad.

"Calculamos que debemos reunir, además del dinero para participar unos mil euros más", explica Carlos Puerta. Una cifra que esperan alcanzar gracias a patrocinios en los que se identificará a su coche como el único de Menorca. Otro requisito de la carrera es que no basta con que los participantes paguen para competir sino que deben saber moverse y conseguir patrocinios para competir. "No basta con soltar el dinero y correr, hay que hacer un trabajo de búsqueda de espónsores y lograr reunir el dinero".

La pareja espera reunirse con las principales empresas que puedan representar más a la Isla esta Navidad y se muestran encantados, además, de que si alguien quiere enviar material sanitario o escolar, trasladarlo hasta donde haga más falta y supervisar la correcta distribución.