Iván López Martos posa en su casa con dos bolas de tenis gigantes que flanquean su cabeza, una imagen que escenifica lo que significa para él este deporte, que siempre ocupa un lugar en su mente. A la derecha aparece el último trofeo que alzó y que le acredita como actual campeón de Menorca alevín | Javier Coll

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Es Diari les presenta al futuro del tenis local. Y quién sabe si algo más. Un campeón en ciernes, a cuyo precoz talento es complicado encontrarle émulo en el actual circuito insular. Se trata de Iván López Martos (Maó, 2004), que aún no habiendo cruzado el umbral de la adolescencia –cumple los doce años en abril– se ha erigido en un auténtico 'tirano' del tenis menorquín.

No en vano, nuestro joven protagonista rebosa conquistas del campeonato autóctono de modo consecutivo (dos benjamín y otras tres más en alevín, la primera de estas, aún siendo sub 10), la última y más reciente materializada unas pocas fechas atrás en Ciutadella en el arranque de 2016. Asimismo, Iván sabe lo que es dominar el ámbito balear, corona que cosechó hace un par de años en benjamín en la vecina Mallorca. Un 'prospect' a seguir con lupa, convencido de poder granjearse un trayecto y reputación más allá del pabellón local. El último diamante forjado en el cincuentenario y emblemático Club Tenis Mahón.

Aunque iniciado en el fútbol, el influjo de la raqueta sedujo a Iván ya en su más tierna infancia, en la que gustaba de practicar con la pared de su hogar paterno. Contando menos de cuatro años, Dani Palacios, un clásico del espectro insular y entrenador del CT Mahón, adivinó en él las cualidades que casi un decenio después le han propulsado al primer plano que ocupa. «Sí, jugaba a fútbol, pero a los tres años y medio me dí cuenta de que lo mío era el tenis», explica Iván, actividad a la que desde ese entonces ha concentrado esfuerzo y talento.

«Entreno cinco días a la semana, entre una hora y una hora y media, siempre en el CTM», continúa el joven campeón, consciente de que, por calidad y registros, su futuro a medio plazo debe orientarle lejos de la Isla. «No me importaría, con 14 ó 15 años tener que irme a alguna academia o centro para mejorar, pues me gustaría dedicarme al tenis toda la vida, vivir de esto», relata Iván, al que el nivel local ya le queda algo rezagado.


Perfil

Preguntado por su perfil como tenista, Iván, diestro como su ídolo Roger Federer, se define «un jugador agresivo», con el 'drive' como «punto fuerte», de saque «más que correcto» y con déficit en la «volea; sé que ahí debo mejorar», subraya. Agradecido a «Dani Palacios, a él le debo haber llegado a este nivel», dice, para el tenista mahonés prevalece la «actitud» como característica crucial para triunfar en el mundo de la raqueta, incluso por encima de «la técnica y la concentración, aunque estas también son importantes», alude, y cita la «tierra batida» al ser interrogado por su superficie predilecta.

Fan de otros deportes, «suelo ver basket y fútbol en televisión, además de tenis, por supuesto», estudiante en el colegio Mateu Fontirroig de Maó, de no fructificar su recorrido en el tenis como desearía, Iván no descarta «estudiar INEF, pues me gustaría hacer algo relacionado con el deporte». Un campeón en ciernes.