Jornada de este jueves, primera de competición, en el campo de regatas del puerto de Maó | Javier Coll

TW
0

El barco «Calima», primer líder en clase Espíritu de Tradición, es la gran esperanza del Club Marítimo de Mahón (CMM) en la XIII Copa del Rey de Barcos de Época (Vela Clásica Menorca). Y es que la embarcación del armador Javier Pujol ha ganado hasta en diez ocasiones en su categoría y es el único que compite defendiendo la bandera del club anfitrión. Quieren volver a ganar pero aseguran que no sienten presión.

Javier Pujol, catalán de nacimiento pero afincado en Maó, considera «fenomenal, extraordinario, que el Club Marítimo de Mahón organice, un año más, la Copa del Rey de Barcos de Época. Es verdad que con un patrocinador potente la competición se convierte en algo pantagruélico, pero si se consigue organizarla sin tenerlo, la cosa tiene, incluso, más mérito», señaló el armador del «Calima», socio activo del CMM.

Pujol asegura que él y su tripulación ya se han «cortado la coleta» a la hora de afrontar regatas de alta competición. Pero nadie le cree. El «Calima» parte como uno de los grandes favoritos, un año más, y su liderato provisional tras la primera jornada así lo corrobora. «Considero que, esta vez, mis amigos del «Lohengrin» tienen muchas posibilidades de éxito. Son gente muy experimentada. ¿Nosotros? Vamos a competir, pero relajados. Queremos disfrutar de la regata, no estar presionados…».

La tripulación del «Calima» se caracteriza por su veteranía. «Tenemos una media de edad que oscila en torno a los sesenta años», apunta Pujol. «Nuestro patrón, Alejandro Guasch, tiene 68… La más joven es mi hija, Ana Pujol, que tiene 24, pero el resto es gente veterana», dice. Entre los tripulantes se encuentra Diego Colón, director de Astilleros de Mallorca; Victoria Fumadò, que fue olímpica en la clase 470; el experto Augusto Vallvé y Teresa Gancedo (hermana del que fuera gran regatista de snipe, Félix Gancedo). El «Calima» es el barco 'mahonés' del evento, y durante casi todo el año permanece amarrado en los pantalanes del CMM y sus tripulantes, según recuerda Javier Pujol, «llevamos juntos más de cincuenta años…».