Aprendizaje en el mar. La teoría adquiere todo su sentido al trasladarla a la práctica; los bisoños deportistas ejecutan cada acción con el esmero aconsejado por los monitores | Gemma Andreu

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La escuela de verano del Club Marítimo de Mahón es uno de los núcleos de máxima actividad deportiva del municipio del levante insular durante la temporada estival. La propuesta de actividades físicas ligadas al medio marino tiene una acogida «excelente» para la entidad fundada en 1945 según se desprende de la cantidad de inscritos que se maneja durante apenas dos meses, del 26 de junio al 25 de agosto. La última semana de agosto es intocable, se reserva para la tradicional prueba de la Copa del Rey Panerai de vela clásica.

Durante la presente edición, apenas iniciado el segundo mes, desde las oficinas de «Sa Lliga» han certificado alrededor de unas 700 inscripciones, teniendo en cuenta que el periodo de matriculación se mantiene abierto, puesto que se oferta la opción de probar esta multiactividad por una semana. El programa de iniciación a las diferentes modalidades marítimas se ofrece a los menores con edades comprendidas entre los 5 y 13 años y comprende el aprendizaje de la vela -básicamente optimist-, piragüismo o pádel surf.

La entidad pone a disposición de los alumnos el equipo técnico habitual, que se refueza notablemente con los pertinentes monitores -uno cada diez discípulos- y la pertinente equipación individual, con las medidas de seguridad que requieren estas disciplinas náuticas.

Los jóvenes deportitas, noveles en su mayoría, ponen en práctica la teoría previa en las embarcaciones correspondientes. El club cuenta también con una flota de raqueros, barcos diseñados para aprender a navegar. Antonio Hernández, a escasos días de celebrar su primer año como presidente de la entidad, aplaude que estas jornadas de fomento y promoción de las actividades del Club Marítimo -«bautismo del mar»- permitan «acercar el mar» a la sociedad mahonesa e incrementar la flotilla de futuros potenciales campeones.