Imagen de la infancia de Joan Cardona que ilustra su amor por el mar | R.C.M.

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Si nos preguntamos cuándo comenzó la pasión de Joan Cardona por la vela sería difícil responder. Seguramente nació con ella. Con apenas un mes de vida ya hizo la travesía en velero de Barcelona a Menorca y a lo largo de su joven existencia ha pasado más horas en el mar que en tierra.

Joan, según evocan desde el Rotary Club Menorca, ha heredado el amor por la vela de su padre. Empezó a navegar con apenas 6 años en el Club Marítimo de Mahón, donde con anterioridad lo hizo su padre. Al principio le costó pasar el primer invierno, pero una vez superado vivía toda la semana esperando para salir a entrenar y pasarse el sábado entero en el agua navegando en su optimist junto a sus compañeros de club.

Desde niño le gustó competir y cada día salía al mar motivado, con ganas de aprender y de mejorar. Siempre ha tenido claro que no le bastaba con ser bueno, quería ser el mejor. Para llegar donde está, Joan ha sacrificado mucho. Larguísimas horas de entreno, abnegación, entrega y renunciar a muchas cosas... y sin duda nadie le ha regalado nada. Con tan solo 15 años tuvo que dejar Menorca y mudarse sin su familia a la isla mayor para poder seguir mejorando.

Obtener la plaza olímpica para Tokio es fruto del trabajo, del esfuerzo y de la disciplina de muchos años. En época de vacaciones sus padres no dudaban en cargar el optimist y asistir a reconocidas regatas a las que Joan les pedía participar.

Joan ha conseguido su sueño olímpico perseguido desde niño, y hay muchas personas involucradas en la consecución de su meta. Entre otros, destacar a su padre, que lleva al viento y el mar en la sangre.  Su abuelo, que le regaló su primer optimist y siempre fue un apoyo económico y moral en momentos de necesidad. Sus entrenadores, Damián, Juancho y Hugo Ramón, que transmitieron a Joan su amor por la vela y le ayudaron a desarrollarse como regatista.

Sin duda también han sido importantes, y lo son, los clubs a los que Joan ha pertenecido: de inicio en el Club Marítimo de Mahón, y actualmente en el Real Club Náutico de Palma.

Con tan solo 14 años, Cardona competía por primera vez y como regatista más joven en el trofeo SAR Princesa Sofía y ya entonces Manu Fraga (director deportivo del RCNP) y Hugo Ramón, su entonces entrenador hacían las siguientes afirmaciones:

«Es un infantil y, por edad, debería estar compitiendo en Optimist, pero ya no cabe dentro», explicó Fraga, director técnico del RCNP, convencido de que Cardona, con sus 1,83 metros, 70 kilos y un carácter altamente competitivo, posee las cualidades necesarias para ser uno de los grandes de la vela nacional. «Pensamos que si sigue trabajando como hasta ahora puede llegar muy alto, pero no debemos perder de vista que aún es muy joven», añade Fraga.    «Paso a paso, sin prisa pero sin pausa, con el objetivo de que se convierta en un gran campeón».

El navegante oceánico Hugo Ramón, entrenador del equipo de Laser del RCNP, cree que Cardona destaca no sólo por su condición física, sino por ser un «gran estratega» y por su «fortaleza mental». El exceso de peso cuando competía en Optimist le llevó a potenciar su perfil «táctico», ya que en esa clase no podía ser el más rápido. «Para él es muy importante estar al lado de todos estos olímpicos y aprender de los mejores viéndolos por la proa. Esto es un lujo para un chico de 14 años.