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Roland Garros vive estos días una emocionante edición 2023, repleta de grandes sorpresas y gestas, pero marcada por la gran ausencia del rey de la tierra, Rafa Nadal. El español no está en cuerpo, pero si en alma en el Grand Slam de tierra batida, y prueba de ello es la peregrinación constante de aficionados a la estatua del 14 veces campeón en París.

Este sábado 3 de junio, día de su cumpleaños, un aura especial impregnaba el habitual corrillo de visitantes ansiosos por tomarse una foto junto a la moderna representación de Nadal: una mezcla de pesadumbre y esperanza, la que dejó el balear en sus declaraciones el día del fatídico anuncio de su parón al señalar el torneo parisino como uno de sus principales objetivos para 2024.

A ello se aferran seguidores como Martín, llegado a París desde California para el torneo con el sueño de ver a Rafa en la Philippe Chatrier. "Esperaba verle, eso hubiera sido la guinda del pastel de este Roland Garros, es un ídolo para todo el mundo", cuenta a 20Minutos bajo la estatua metálica del manacorí.

"Hay que reconocer que Roland Garros sin Nadal no es lo mismo", señalan en el mismo lugar Adrián y Gabriel, que planearon este viaje hace cinco meses en su Buenos Aires natal, y consiguieron el sueño de entrar a un 'grande' a última hora tras comprar entradas en la reventa del viernes. "Nadal es un ejemplo, estimula a muchos jóvenes a hacer deporte", apunta Adrián valorando el papel del español más allá de las canchas.

Y es que el balear ha conseguido ganarse el corazón de la afición francesa, polémica en ocasiones por excederse en sus muestras de apoyo a los jugadores locales y en sus críticas a Nadal en el pasado, a base de títulos pero también con su humildad.

Así lo destaca Jeremy, ciudadano de Albí (Francia) desplazado hasta París para seguir el torneo. "Esas críticas del pasado no tienen sentido, es un gran trabajador, muy disciplinado y tiene un gran nivel para su edad. Me gusta mucho dentro de la pista, pero también su forma de ser fuera", reflexiona.

"En un día como hoy solo le puedo decir feliz cumpleaños y que espero verle pronto", fue el mensaje de Thomas, un joven del norte de París que es el puro reflejo del verdadero amor de los fans franceses por Rafa, en el día del 37 cumpleaños del 14 veces ganador del torneo.

Alcaraz, lejos del legado de Nadal, pero en la senda

Nadie se puede comprar al rey de la tierra batida en la capital francesa, pero sí hay un jugador que empieza a desatar más pasiones que el resto, el llamado a ser su relevo, Carlos Alcaraz.

El murciano "está en el camino correcto" para igualar la marca de Rafa de 14 grandes en París, según Martín (el aficionado californiano que soñaba con ver a Nadal), una opinión que cada vez comparten más aficionados y que también ha arrastrado una buena cantidad de españoles a las gradas de Roland Garros en esta edición.

Un ejemplo de ello son Justo, Miguel, Alejandro y Manuel, cuatro amigos que no dudaron en viajar desde Murcia a París para probar suerte e intentar ver a Nadal y Alcaraz en acción. "Ver a Carlos nos hacía mucha ilusión, pero lo primero era ver a Nadal. Es el mejor deportista nacional de la historia y se merece una reconocimiento mundial, de hecho acabamos de llegar aquí y no nos hemos movido de la estatua", comentan entre risas tras posar con la bandera de su comunidad con homenaje a Carlitos incluido.

Minutos después también pasa por la zona Andrea, una asturiana afincada en la Ciudad de la Luz y enamorada del tenis. Para ella, la presencia de Nadal hubiera hecho el torneo "mucho mejor porque es un icono de Roland Garros y del tenis mundial", pero una vez asumida su ausencia solo contempla un deseo: "Ver a Alcaraz".

Este mismo sábado, cuando Nadal debía estar soplando las velas tras una victoria en tercera ronda, se conocía la duración de su periodo de recuperación tras su última operación. Será de cinco meses y no llegará a la Copa Davis, el objetivo más cercano de una agenda en la que están marcados en rojo Roland Garros 2024 y los Juegos Olímpicos de París.