Porque, salvo sorpresa, el piragüista mallorquín Marcus Cooper Walz será el elegido para encabezar la delegación española en la ceremonia de inauguración de los Juegos de París, que tendrá lugar el 26 de julio de 2024 con el río Sena como escenario de un evento innovador y único en la historia del mayor evento deportivo del planeta.
Porque siguiendo los criterios establecidos por el Comité Olímpico Español (COE), los abanderados -masculino y femenino- se designarán a través de su palmarés en función del medallero. En el caso de Marcus Cooper Walz, acumula un oro (K1 1.000 metros en Río 2016) y una plata (K4 500, Tokio 2021), un historial que únicamente podrían igualar deportistas que ya tuvieron este honor y pueden estar en París, caso de Rafael Nadal o Saúl Craviotto.
A expensas de certificar su clasificación con el K4 500 español -con la opción de doblar con el K2 500-, que se puede oficializar en el próximo Mundial de Duisburgo (23 a 27 de agosto), Marcus Cooper Walz es el gran favorito, pero todavía no tiene plaza olímpica, algo que no ha impedido que le lleguen las primeras felicitaciones a través de las redes.
La primera en hacerlo fue Francina Armengol. «Ocho años después, un mallorquín será el abanderado de España en los Juegos Olímpicos de París 2024. Qué orgullo querido Marcus Cooper Walz. Volverás a hacer historia. A por las dos medallas, campeón», escribió en Twitter la ex presidenta del Govern, ilustrando su publicación con una foto en la que aparece junto al palista del Real Club Náutico de Portopetro en un acto celebrado meses atrás en el CTEIB.
Horas después, la ya presidenta del Govern, Marga Prohens, se sumaba a las felicitaciones anticipadas a Marcus con una publicación también en Twitter, acompañada de una imagen en la que aparece junto al presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, y el propio piragüista. «Un deportista de nuestras islas volverá a ser el abanderado de España en unos Juegos Olímpicos. Todo un orgullo para todos, querido Marcus Cooper Walz», se lee en la cuenta de la actual inquilina del Consolat de Mar.
Si no se tuercen las cosas, veremos por segunda vez en la historia a un mallorquín ejerciendo de abanderado en la apertura de unos Juegos Olímpicos, después de que lo hiciera Rafael Nadal en Río 2016 -cuatro años después de renunciar por lesión-, aunque la ilusión y las prisas por felicitar al protagonista les han hecho anticiparse a los tiempos.
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