Dedicación. Las campeonas dedicaron el triunfo a los seguidores, presidenta y patrocinador, que las acompañaron a Haro - photodeporte

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F inal y estallido de alegría sobre la cancha de El Ferial. Chema Rodríguez y Bep Llorens se abrazaron y se unió a ellos todo el equipo directivo del Valeriano Allés, con la presidenta Katy Moll a la cabeza. Apareció el cava y también algunos resbalones, como el de Janine Sandell. Katy Moll no paraba de atender a los medios de comunicación por teléfono.

Esther López recibió la Copa de manos de Agustín Martín, presidente de la Federación Española, ante los aplausos de una grada deportiva y correcta. Más tarde la expedición balear se trasladó al Hotel Luz de Haro, donde pasó la noche y celebró el título de campeón. Aficionados del equipo y algunos familiares de las jugadoras se congregaron sobre la cancha de El Ferial.

Todo eran sonrisas después de una temporada complicada. De este modo se confirma que Haro es una plaza que da buena suerte al Menorca, allí se logró el ascenso a Liga FEV en el año 2003, después, en el 2006, también el ascenso a Superliga, y ahora, en el 2012, una tercera celebración, quizá la más importante, el segundo título de Superliga, logrado de forma consecutiva.

A Meleán se le escapaba el balón que le acreditaba como MVP de la Superliga, que votaba sobre la pista y a alguna compañera suya se le caía la medalla de campeona. Todo eran nervios. "Esto es importante para el grupo, por el amor al voleibol que tenemos", aseguró Moll.

Pasados algunos mintuos las jugadoras salieron del recinto deportivo, "ahora queremos celebrarlo con nuestra afición que siempre ha estado siempre con nosotros y también se lo merecen", afirmó Helia González.

Entre los más de 600 espectadores de El Ferial hubo un pequeño grupo de aficionados rojillos, enmudecidos por "la marea azul". Su turno fue después, cuando, sobre la cancha, abrazaron y vitorearon a sus jugadoras.

"Terminar así es muy bueno pero..."

Katy Moll, presidenta del Valeriano Alles Menorca, lejos de celebraciones protocolarias, hizo quesu felicidad pareciera más bien la de una colegiala, contenta por haber conseguido algún antojo. La presidenta saboreó junto al equipo el éxito del bicampeonato aunque no se mordió la lengua para recordar las dificultades de una temporada especialmente complicada.

Su mayor interés residía en saltar con sus jugadoras, por lo que a la pregunta si esperaba formar una plantilla competitiva de cara a la próxima temporada, Katy Moll recalcaba que "no era el momento, cuesta reconocerlo, pero el año que viene será bien diferente".

Más tranquila a esta reacción de alegría tan impetuosa, fue un poquito más reflexiva dentro del contexto de algarabía que residía en El Ferial: "Empezamos con problemas, tuvimos tres bajas, luego la eliminación de la Copa de la Reina… pero terminar así es muy bueno. A nivel de club es duro todavía, hemos tenido que quitar a toda la gente de oficinas, allí ya no hay nadie, pero el grupo continúa muy unido".

Para finalizar, la presidenta se mostró reticente en aceptar un recibimiento institucional por parte de las autoridades menorquinas, porque "seguro que todo sigue igual como hasta ahora, en su momento me cansé de esperar. Hemos tenido un apoyo relativo y ha llegado lo que ha llegado".