Alegría desbordante. Magda, Helia, Janine y Sabrina escenifican su euforia tras el triunfo - photodeporte

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Es el Club Volei Ciutadella una entidad ejemplar, una institución felizmente habituada a coleccionar trofeos de calado desde que se alumbrara hace 27 años, como lo prueba la consecución ayer de su segunda Superliga, la primera categoría profesional femenina de España.

No es la finalidad exclusiva de una sociedad deportiva amontonar copas, campeonatos o triunfos, si no la de poner al alcance de sus integrantes todos los ingredientes necesarios para practicar este deporte o bien, presenciar el espectáculo que genera la categoría en la que milita desde hace ya seis años.

Pues bien, el CV Ciutadella ha sido capaz de conjuntar la diversión con la competitividad, la práctica con el espectáculo, y los triunfos en todas las categorías en las que ha militado con la consecución de títulos inimaginables años atrás.

Desde su primer Campeonato de Baleares en 1993, hasta el segundo título de la Superliga obtenido ayer en Haro, el club que preside Katy Moll puede presumir, con diferencia, del mejor palmarés balear en su cuarto de siglo largo de vida. Sus vitrinas lucen estos dos triunfos sin parangón en el archipiélago, además de la Liga FEV española en 2006 o la primera posición de su grupo en la Primera Nacional del año 2003 que le valió el ascenso a la división superior.

El más reciente, el conquistado ayer, de nuevo en Haro, su pista talismán donde ya ha celebrado tres campeonatos, tiene una sabor especial y subraya todavía más el status alcanzado por el club en estos tiempos de descrédito general.

Donde otras entidades de la categoría han desaparecido a consecuencia de la falta de recursos y las deudas acumuladas, el CV Ciutadella ha conseguido equilibrar con dificultad pero con acierto un presupuesto recortado a la fuerza para acabar reinando por segundo año consecutivo en la Superliga.

Cierto que el campeonato ha perdido nivel por la marcha de Murcia, Palma... y que algunos de los equipos que consiguieron subsistir no tenían armas suficientes para competir en esta Liga impregnándola de encuentros sin ningún interés. Pero ahí se ha mantenido este Valeriano Allés Menorca Volei, en el momento justo y en el lugar adecuado, para rentabilizar su prolífica administración de recursos.

Prácticamente saneado, el club de Ciutadella debería tener asegurada su continuidad en la categoría más allá de que pueda o no confeccionar otro equipo campeón.

Sería el momento, de una vez por todas, que el Govern Balear otorgase a esta entidad el reconocimiento que merece. Si algún club debe recibir un esfuerzo mayor, una aportación extraordinaria en función de su trabajo es éste, por más que ayer todas ninguna de las instituciones estuviera representada en el escenario del gran triunfo.

Mención especial para las campeonas, profesionales comprometidas y sensibles a las circunstancias que han rodeado al club: Esther López, Magda Kralikova, Ana Correa, Yoraxi Meleán, Janine Sandell, Sabrina Duarte, Alba Cardona, Helia González, Cristina Sanz y Alba Cardona, bajo la sabia batuta de Chema Rodríguez y el impagable Bep Llorens. La felicidad en el rostro de la magnífica central checa o las lágrimas de la enorme jugadora británica denotan la identificación con su entidad en un año especialmente difícil. Enhorabuena CV Ciutadella.