El entrenador de Ciutadella vive su comienzo más plácido y feliz desde que accediera al banquillo bermellón. Ha llegado el momento de Llorens | Josep Bagur Torres

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Tres de tres en triunfos, el último, en una pista complicada como la del CV Aguere. Jamás desde que Bep Llorens accediera al cargo de primer entrenador el Avarca de Menorca había protagonizado semejante acelerón de inicio, acostumbrado los años anteriores a empezar con triple derrota. Un espectacular amanecer en liga que le da protagonismo en la Superliga, colíder de la tabla junto a los dos indiscutibles: Naturhouse y GH Leadernet de Rese McNatt y Clara Canet, siguiente rival menorquín en el Pavelló. Máxima conjunción equipo entrenador de las jugadoras del pasado curso, adaptación y aporte de los fichajes y puro carácter y pundonor en la pista, señas de identidad de un Avarca que apunta alto, sin bien dos de los tres primeros encuentros eran ante rivales muy asequibles.

La veterana Esther Marquès no se muestra sorprendida por el excelso trayecto del equipo. «Desde un principio tuve muy buenas sensaciones y la clave está en que jugamos todas como equipo y no hay individualidades», señala la ciutadellenca, que valora el papel de Bep Llorens: «Tras unos años ya sabemos lo que quiere y conocemos su sistema de trabajo. Junto con Biel Gelabert hacen muy buena labor táctica». Para Marquès, este gran inicio liguero «hace pensar que el equipo puede conseguir grandes cosas, pero seguramente vendrán partidos muy difíciles, como el que tenemos esta semana ante Pamplona», avisa.

Mientras tanto, una de las recién llegadas, la atacante Bea Vázquez detalla que «sorprendida no sería la palabra para definir nuestro inicio puesto que en la pretemporada ya se vio qué clase de equipo somos; trabajador, con ganas, ilusión y carácter. Pero sí que estoy muy contenta de este arranque y se nota la implicación del grupo».