La jugadora y estrella del Avarca, la argentina Maira Westergaard, señala al horizonte con el dedo tras lograr un punto; una imagen que escenifica la realidad del Avarca, en pleno acelerón hacia el torneo del K.O. | Gemma Andreu

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La Copa de la Reina, un poco más cerca. El Avarca de Menorca, después de su mínima derrota, 3-2, en pista del vigente campeón de la Liga Iberdrola de voleibol, el CV Tenerife Libby’s La Laguna, en la tarde-noche del domingo previo, ha trazado un paso más en su objetivo de calificar para el torneo del K.O, cuya sede esta temporada será Sant Cugat (lo que de facto, acota a cinco las plazas para acceder a la competición, en tanto que la sexta en litigio se la embolsará el DSV CV Sant Cugat, por su condición de equipo anfitrión), con el mérito añadido de que el equipo de Ciutadella es el único, de los doce que integran la máxima categoría del voleibol femenino español, que ha puntuado en todos los partidos de liga (siete hasta la fecha).

El equipo que entrena el menorquín Bep Llorens es actualmente tercero en la clasificación, con 15 puntos (a tres del primer lugar), que ha sumado luego de ganar cuatro encuentros (tres de ellos, ante Sant Cugat, Heidelberg y Gran Canaria, dejando en blanco a su adversario, 3-0; uno, sobre el Madrid Chamberí, por 3-1) y de perder en tres, pero siempre por la mínima (3-2) y alargando el partido hasta la muerte súbita (en sus visitas a Arenal Emevé Lugo, Kiele Socuéllamos y La Laguna).

Una realidad que concede una doble interpretación; una, la referida coyuntura de que el Avarca tiene a tiro el poder retornar a una competición que nunca ha podido ganar (aunque sí ha sido finalista) y para la que no se clasificó la temporada anterior, 2021-22, pero que siempre ha gustado de disputar (de hecho, hacerlo siempre ha sido un objetivo, en cualquier temporada desde hace más de un decenio y medio).

Y dos, que el colectivo de Ciutadella ha sido capaz de competir en todos los partidos, constatado por el hecho de que hasta del momento ha sumado puntos en todas sus citas, independientemente de su desenlace, lo que ni tan solo igualan el propio La Laguna, segundo clasificado, o el flamante líder, Gran Canaria.

No en vano, los dos conjuntos canarios saben lo que es morder polvo esta temporada sin siquiera poder puntuar en cuanto menos un partido (al equipo de Las Palmas le ocurrió precisamente contra el Avarca, hace  un par de jornadas).

A mejorar

Pero a su vez, dentro del análisis del recorrido del Avarca de Menorca una vez se ha consumido el primer tercio de competición (lo que se alcanzó el fin de semana anterior) subyace un dato, no preocupante, pero tal vez sí algo inquietante; el equipo menorquín no ha sido capaz de ganar en ninguno de los ‘tie-break’ en los que se ha visto enfrascado desde que empezó esta temporada. En todos (tres partidos) tuvo la oportunidad de salir airoso, pero ya sea por aciertos del contrincante o debido a errores propios, no logró hacerlo.

Sin lugar a dudas, un aspecto subsanable a estas alturas de temporada, pero en lo que deben incidir de aquí en adelante Bep Llorens y las integrantes de un Avarca que en cualquier caso, y así lo demuestra su capacidad para puntuar en la totalidad de sus compromisos, como en San Cristóbal de La Laguna más recientemente, esta campaña está sabiendo sumar incluso perdiendo. Un equipo de probada fiabilidad.