No le falta trabajo después de ganar el Goya | Bernardo Doral

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A sus 24 años, Natalia de Molina es una de las actrices de moda del cine español. Y todo gracias al Goya conseguido por su debut a las órdenes de David Trueba en «Vivir es fácil con los ojos cerrados», un film que presentará esta noche (21.30 horas) en la plaza de la Catedral de Ciutadella durante la inauguración del festival Mèdit, seleccionado por la Academia de Cine española para su ciclo itinerante de verano.

Da la sensación de que esa maldición de la que se habla que sufren los ganadores del Goya a la actriz o actor revelación ha pasado a mejor vida... Parece que trabajo no le falta.
— Bueno, por ahora la verdad es que estoy contenta porque después de «Vivir es fácil con los ojos cerrados» he hecho otras dos películas, y tengo otros dos proyectos para el futuro. La maldición yo creo que va con la profesión en general, porque lo mismo un día estás trabajando mucho y al siguiente no. Ahora tengo suerte y estoy aprovechando el tirón del trabajo. El verano lo pasaré rodando en Madrid.

¿Cómo le ha cambiado la vida en los últimos meses?
— Mucho. La película la rodamos en verano y al poco tiempo ya estábamos en el Festival de San Sebastián, luego los Goya... Todo lo que me ha ocurrido hasta ahora han sido regalos. Da una especie de sensación de vértigo, porque ha pasado todo muy rápido y creo que todavía hay muchas cosas que no he asimilado.


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