Videoclip del último disco de Luz Casal, "Almas gemelas"

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Luz Casal llega al Teatre Principal de Maó los días 24 y 25 de abril para presentar su último disco, «Almas gemelas», en un concierto benéfico para la Asociación Española Contra el Cáncer. Será una doble actuación en la que artista nacida en Boimorto (A Coruña) en 1958 repasará sus más de 30 años de carrera.

Es su primera visita a la Isla y, además, por una buena causa.
— Sí, he tardado muchos años en ir. A este concierto, además de ser una sorpresa bien recibida por poder ir después de tanto tiempo, se le suma su carácter benéfico y que la recaudación sea solidaria. Es un plus que nos ilusiona.

Está muy vinculada con la lucha contra el cáncer.
— Lo estoy de por vida. Es algo natural, y tiene una explicación muy clara. Cuando has tenido una experiencia, una enfermedad, y en mi caso en dos ocasiones, se establece una relación muy fuerte. Cuando has conocido la fragilidad, la debilidad, la dependencia, eres capaz de entender al prójimo, porque es algo que has vivido. Siempre estaré con los afectados de cáncer.

¿Le cambió la vida?
— No siento que se haya transformado completamente, pero ajustas ciertas cosas. Tienes una visión muy intensa de las dificultades de la vida, te das cuenta hasta qué punto puedes ser débil y dependiente, hasta qué punto las cosas se transforman de un día al otro. Pero no me he convertido en otra persona. De lo primero que escribí fue que había que coger al toro por los cuernos. No tiene sentido hacer preguntas del tipo ¿por qué a mí? Te ha tocado, has tenido esa mala suerte. Tienes que ponerte manos a la obra y hacer lo que esté en tu mano para salir de la mejor manera posible.

¿Y a nivel artístico?
— De haber añadido algo a mi capacidad interpretativa, estaría en el conocimiento de la fragilidad y la dependencia. No es que yo haya sido arrogante, pero luego ya no le das espacio a la arrogancia, porque de un momento al otro puedes convertirte en alguien que necesita ayuda. Y eso está en las antípodas de la arrogancia, de creerse el centro del universo.

En «Ella y yo» habla del cáncer.
— Es una interpretación muy relajada, hasta irónica, con un resultado cargado de belleza. Soy de esas personas que padecen cáncer no por haber tenido malos hábitos, sino porque genéticamente tengo esta predisposición. Es una rival que me sigue. La canción es una visión muy apartada de la pena, del dolor y el sufrimiento. Estuvo bien que pasara tanto tiempo desde el primer episodio hasta la canción. Podría haberla hecho cuando hice «Vida tóxica», pero, sobre el cáncer, ese disco solo tiene el título y una ligera relación en la canción que cierra el álbum, «Sueño raro». Han tenido que pasar varios años para hacer «Ella y yo», que es casi un canto de belleza y podría interpretarse como una buena relación de amistad.

Como personaje público, su caso es un ejemplo para muchos.
— No me considero ni símbolo ni bandera, no tengo un carácter que me predisponga para sentirme líder o abanderada. Haber pasado por dos experiencias de la enfermedad y que las haya llevado de manera natural, sin aspavientos ni dramas añadidos, a mucha gente le sirve, si no de faro, sí de referencia. Por las opiniones y comentarios de la gente veo que un cierto estímulo sí puedo haber dado, pero esta responsabilidad es más de los científicos y todas las personas que diariamente tratan con las personas afectadas. Eso sí que tiene el mérito de ser abanderado y admirado.

Háblenos de «Almas gemelas».
— Es difícil definir algo que me ha costado años, que es el reflejo de mi vida. Simplificando, refleja los últimos cinco años, el tiempo entre el disco «Vida tóxica» y «Almas gemelas». Refleja aquello que soy musicalmente, una cantante con registros diferentes y que los hace a su manera.

Aparece la Luz más rockera y la más sentimental, con influencias mexicanas y de bossa nova.
— Es la mezcla de una persona inquieta musicalmente, de una persona no simple, que no se conforma con lo que ha hecho e intenta aventurarse a ver qué pasa, a ver si es capaz de hacerlo, y hacerlo bien. Pero eso siempre ha sido así, unas veces me ha salido más, otras menos. Yo no hago lo mismo todos los días, y tampoco escribo lo mismo cada día.

Incluye canciones en portugués, italiano y francés.
— Al elegir esas canciones sentía que tenía que respetar la letra, la melodía, y en vez de traerlas a mi terreno como hice en «La pasión», me fui yo a donde estaban esas canciones, a la lengua de cada canción.

Lleva más de 30 años en los escenarios, una larga trayectoria
— Parece una carrera larga, pero tengo la sensación de no haber llegado, ni siquiera, al ecuador. Eso te puede dar una idea de la cantidad de cosas que creo que todavía me faltan por experimentar, por trabajar y descubrir. Es algo que me viene de una vocación temprana y que espero que no se acabe nunca. Mi vida estará entremezclada con la música hasta el último suspiro.