El encuentro entre Maeso y Ben Jelloun fue una de las citas de la extensa programación de la segunda jornada de las Trobades | Javier Coll

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Mujeres «rebeldes» han tomado este viernes la palabra en Sant Lluís, donde que nació la abuela de Albert Camus, para reivindicar el pensamiento de este intelectual y poner de manifiesto cómo el género femenino ha podido «convertir el dolor en poder».

Artistas, expertas en el pensamiento de Camus y activistas han participado en las Trobades Literarias Mediterráneas Albert Camus, entre ellas Isabel Muñoz (Barcelona, 1951), Premio Nacional de Fotografía, que ha recordado a las mujeres de su generación, esas que se formaron «a través de la rebeldía» en una España franquista.

Y ha relatado el caso de Solange Lusiku Nsimire (1972-2018), una activista que fue editora del diario Le Souverain. Nacida en el Congo, uno de los cinco peores países para nacer mujer, ha asegurado Muñoz, esta periodista denunció «el uso de las mujeres como arma de guerra».

Mujeres como a las que Lusiku dio visibilidad no son víctimas sino «verdaderas heroínas» que han roto su silencio y han «elegido la vida» cuando es difícil hacerlo después de haber padecido tales abusos, ha señalado Muñoz, que las ha descrito como mujeres que han sido capaces de convertir «el dolor en poder».

Otro ejemplo del «empoderamiento» ha sido expuesto por la escritora y activista iraquí Haifa Zangana (Bagdad, 1950) que ha impulsado un taller de escritura creativa para mujeres que han sido presas políticas.

Se trata de que estas mujeres escriban su propia historia, las de sus encarcelamientos: «rechazan ser silenciadas» y su escritura «es una forma de lucha», ha recalcado la autora iraquí.

Así, ha editado en árabe «Una fiesta para Thaera: las mujeres palestinas escriben sobre la vida», una colección de relatos cuyas autoras fueron prisioneras palestinas.

Otra «rebelde» que ha tomado parte en las Trobades Mediterráneas dedicadas a Camus ha sido Zineb Sedira (París, 1963), una artista multidisciplinar, que vive en Londres y trabaja entre Argelia, París y Londres.

Zineb Sedira se inspiró primero en su propia búsqueda de identidad, la de una mujer con unos orígenes y una geografía muy particulares. Poco a poco, fue pasando de estas cuestiones autobiográficas a temas más universales; hoy trabaja en asuntos de movilidad, memoria y transmisión.

Sedira ha explicado el trabajo desarrollado por una mujer argelina de más de 90 años, viuda de un fotógrafo que fue testigo con su cámara de la guerra de Argel y cuyo trabajo cayó en el olvido.

La artista ha recuperado la memoria de este trabajo, el único que documentó la guerra desde el lado argelino, y de la historia del país y ha recalcado cómo ella ha intentado «combatir la amnesia» preponderante.

Con ella ha reivindicado a esas mujeres que han quedado a la sombra de sus maridos y se ha preguntado si los hombres realizarían la misma tarea de recuperación de la memoria sobre el trabajo de sus mujeres.

Y Anne Prouteau, profesora francesa y vicepresidenta de la Société des Etudes camusiennes, ha repasado los prototipos de mujeres rebeldes que reprodujo el «rebelde» Albert Camus en su obra, mientras que la también experta en el Premio Nobel Marylin Maeso (Montpellier, 1988) ha recalcado cómo «el movimiento feminista es rebelión».

Prouteau ha reflexionado sobre el universo femenino en Camus cuando se cumple el 25 aniversario de la publicación de su novela inédita «El primer hombre» y se ha editado recientemente el epistolario con su amigo más cercano, el escritor René Char.

Durante estos días, la obra fotográfica de Isabel Muñoz ha sido expuesta en Mahón con motivo de la celebración de estas Trobades Literarias en la muestra titulada «La antropología de los sentimientos».