El pianista Albert Guinovart, uno de los nombres más destacados de este verano, estará acompañado por un cuarteto de saxos. | R.C.

TW
1

«Durante el estado de alarma hemos mantenido la prudencia necesaria para no precipitarnos en nuestras decisiones», defiende la presidenta de Joventuts Musicals de Ciutadella, Pilar Carreras, en relación a la organización del evento cultural estrella en el municipio durante el último medio siglo. El Festival d’Música d’Estiu ya tenía toda su programación cerrada antes de la llegada del coronavirus y ha logrado mantenerla. La única alteración sufrida ha sido un cambio de fecha para la actuación de la Orquestra de Cambra Illa de Menorca, a la que habían escogido para inaugurar la muestra en el Teatre des Born, pero el regreso a ese emblemático escenario tendrá que seguir esperando.
Desde Joventuts Musicals se marcaron el objetivo de no cancelar, como mucho aplazar, pero al final, si todo progresa adecuadamente, se celebrará en las fechas habituales. La decisión de seguir adelante obedece, explican desde la entidad, a que el hecho de «recibir dinero público nos compromete socialmente con nuestra comunidad. Estar presentes en los momentos de dificultad es también nuestra tarea como entidad que no tenemos ninguna pretensión económica», más allá de cubrir los gastos, puntualizan.

Este año el Claustre del Seminari será el único escenario de la programación, donde se desarrollarán los ocho espectáculos (21 horas). Recitales que tendrán lugar con todas las medidas de seguridad que la normativa marque en cada momento y un aforo reducido (150 personas). Con el objetivo de evitar colas y aglomeraciones, se recomienda que este año las entradas se adquieran a través del portal Codetickets.

En el plano artístico el programa de este verano destaca por la variedad de propuestas y estilos y la apuesta un año más por incorporar un elemento poético, que se plasmará a través de una colaboración con el festival Illanvers.

El cartel se ha confeccionado tomando como base una obra de pintor ciutadellenc Pacífic Camps. Propuesta con la que el artista ha querido representar la pequeñez humana frente a la inmensidad de la naturaleza, con «la música como salvación », explican desde la Joventuts Musicals. Un diseño con guiños al movimiento romántico y a Beethoven, en el año en que se está conmemorando el 250 aniversario del nacimiento del compositor alemán.