Laetitia Lara, Pilar Carreras, Esther Pons y Júlia Pascual, ayer durante la presentación en Lithica. | Katerina Pu

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«La Novena de Beethoven» es sin lugar a dudas uno de los grandes títulos de la historia de la música occidental. Una sinfonía que ha sido elegida por la Orquestra de Cambra Illa de Menorca (OCIM) como la pieza estrella dentro de un 2023 durante el que están celebrando sus primeros 25 años de trayectoria. Explica Esther Pons, intérprete de la formación y también presidenta de la orquesta, que la partitura seleccionada por el director artístico de la orquesta, Francesc Prats, supone «todo un reto» por la complejidad que atesora, pero también un paso natural desde el que seguir mirando al futuro.

El concierto llegará por partida doble. Primero en Lithica, el 7 de julio (21 horas), como evento de apertura del programa cultural estival de las canteras, Fosquets de Lithica, y también el arranque de la LI edición del Festival de Música d’Estiu que organiza Joventuts Musicals de Ciutadella. Al día siguiente y a la misma hora, el espectáculo musical se repetirá en el Teatre Principal dentro del programa del Festival de Joventuts Musical de Maó.

En el marco de una agenda cultural que volverá a ser, como ya sucedió en 2022, apretada por la gran variedad de propuestas, «La Novena de Beethoven» se postula como uno de los grandes eventos del verano. Algo que será posible, recuerda Pons, gracias «a las alianzas» entre diferentes entidades, entre las que también cita al Teatre des Born, que colaborará en la parte logística de acomodamiento en las canteras y la venta de entradas; y a la Capella Davídica, que pondrá voz a la obra de Beethoven.

«El último movimiento es un canto a tantas cosas que hacen falta hoy en día, como la alegría y la libertad en todos los sentidos. Sumar alianzas en superimportante», sostiene Pons. Un planteamiento compartido por Pilar Carreras, presidenta de Joventuts Musicals de Ciutadella, y también voz de la Capella, quien recuerda que, tradicionalmente, el concierto de la OCIM es cada verano el evento estrella de la programación. «Es lo que nos da sentido al proyecto, los músicos menorquines y la música hecha desde aquí. Además, es un honor poder inaugurar en un lugar como Lithica».

Para la agrupación hermana de Maó, el concierto es más especial aún si cabe por la celebración del 50 aniversario del festival, explica su presidenta, Júlia Pascual, quien también destaca que tener «una pieza tan emblemática dentro de la programación es todo un honor, algo fantástico».

Desde Lithica, su responsable de programación cultural, Anna Maria Bagur, concluye sobre la participación en un proyecto de semejantes dimensiones que «empezar un festival como el nuestro con ‘El himno de la alegría’ ya lo dice todo; nosotros queremos colaborar, abrir el espacio y compartir».

El apunte

Uno de los retos más ambiciosos en la trayectoria de la orquesta

Las cifras hablan por sí solas sobre la dimensión del proyecto. En el escenario estará la formación de gala de la OCIM, reforzada para la ocasión con músicos desplazados desde fuera de la Isla hasta sumar cerca de medio centenar de intérpretes. A todos ellos hay que añadir las 70 voces del coro, que se nutrirá de la Capella Davídica y también de cantantes de corales de Mallorca, como la de la UIB. Esther Pons reconoce que sin duda es uno de los proyectos más ambiciosos en la historia de la OCIM tanto en lo artístico como en lo logístico. «Es un reto complicado, pero nos hace mucha ilusión», concluye.