El pianista sevillano en la actuación del lunes | Rafa Raga

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Otra edición aquí juntos, otra oportunidad fantástica para disfrutar de la música en directo, para poder compartir momentos únicos y para poder cerrar los ojos y dejarse llevar. El 21 de agosto de 2023, Joventuts Musicals de Ciutadella presenta uno de los platos fuertes del programa estival. Juan Floristán, un gran músico, cuya especialidad es el piano, es nuestro invitado, nuestro maestro de ceremonias, nuestro guía emocional.

Un preludio de Debussy (fuera de programa) rompe el silencio y nos introduce en el recital, tras el cual recibimos una muy interesante y didáctica exposición sobre la primera pieza del repertorio: «Música Ricercata» de G. Ligeti, la cual por su sencillez y cercanía permitió al numeroso público poder disfrutar de la experiencia acústico/percusiva con más conocimiento de causa. El pianista sevillano mostró un gran dominio sonoro y técnico, y cual jinete sobre corcel, consiguió llevar al Steinway Modelo D (el gran piano que posee la organización) al máximo de sus posibilidades, siempre con coherencia y gusto en la interpretación. Los XI números que forman la pieza se sucedieron descubriéndonos el abanico de colores sonoros que se pueden extraer del ‘gran monstruo’ (como lo llamó Daniel Barenboim hace décadas) si se sabe cómo hacerlo. Me gusta ver tocar a Juan, es expresivo y extrovertido, contenido y melancólico, soberbio y humilde al mismo tiempo, y limpio, muy limpio. Percibo una conexión con el instrumento sólida, forjada a través del tiempo y las buenas rutinas, en las cuales, la parte musical, el sonido, nunca se disocia del proceso de aprendizaje. Acaba Ligeti y la camisa de Juan está «xopa».

Ahora llega A. Ginastera, «3 Danzas argentinas op.2» es la lección de nuestro invitado. Seguimos en el siglo XX, la explicación previa a la interpretación vuelve a ser precisa y clarificadora. Al final, toda la música instrumental intenta contar historias y comunicarse sin palabras, por tanto, orientar al público acerca de lo que va a escuchar, es una sabia decisión. La primera, «Danza del viejo boyero», lució pulcra y sincera, la segunda, «Danza de la moza donosa», nostálgica y timbrada y la tercera, «Danza del gaucho matrero», como un torbellino depurado, ejerciendo control sobre lo aparentemente incontrolable.

Es el momento de una necesaria pausa, el calor de esta noche es acuciante, aun así, los corrillos que se forman a mi alrededor, no tiran de la manida conversación de ascensor, sino que comentan y reconocen la genialidad y cercanía de nuestro cicerone. De nuevo, nos encontramos escuchando absortos la explicación previa a la audición activa que nos propone Juan, además, la historia de «Cuadros de una Exposición» de M. Mussorgsky, tiene suficiente enjundia como para involucrarse en ella al instante. El primer paseo me transportó a la primera vez que hice cola en el Rijksmuseum de Ámsterdam; felicidad y premura. «The Gnome» nos hizo recordar que no todos estos seres mágicos son buenos; este estaba cargado de rabia, picardía y poder oculto. El segundo paseo, afectado aún por las emociones desatadas, llegó apesadumbrado y taciturno.

Sin duda un preludio coherente con la herrumbre que destiló «The Old Castle»; la soledad de unas estancias carentes de vida y ya sin recuerdos inundó el ambiente. El tercer paseo nos llevó de la mano hacia «Tuileries»; vibrante, inocente y despreocupado sonó este técnicamente exigente cuadro. Tras este, «Bydlo», un encontronazo con la rudeza mejor entendida que podamos imaginar. El cuarto paseo, íntimo y precavido. «Ballet of unhatched Chicks»; espectacular técnica y sonoramente, vuelvo a destacar la pulcritud sonora de Juan, la cual también quedó patente en «Samuel Goldenberg and Schmuyle». El quinto paseo, desapareció para mí... estaba esperando «Limoges», para mí, el cuadro más complicado técnicamente; el respetable no aplaudió por respeto, pero costó, un prodigio de control, una capacidad para crear texturas sonoras descomunal. «Catacombs» destilaron profundidad de carácter. «With the dead in a dead language» supuso una experiencia no tan lúgubre como el título podría presagiar. «Baba Yaga» nos catapultó a un viaje a las entrañas de la tierra: fuego, lava, rocas, isótopos descontrolados, un riesgo placentero. Y para finalizar el recorrido, «The bogatyr gates: the capital in Kiev» majestuosidad y profundidad con reminiscencias orientales llenaron y cautivaron a todos los allí presentes, las miradas no pierden ni por un segundo de vista a este increíble músico, a este joven cercano y humilde que este lunes nos ha regalado alquimia en estado puro.

«Un momento musical» de Schubert, fresco y menos húmedo (palabras de Juan), pone el colofón a este exclusivo concierto. Enhorabuena JJMM de Ciutadella, enhorabuena a Pilar Carreras y a todo el equipo. Esta noche hemos sido unos privilegiados. Nos vemos pronto, un saludo a todos, que acabéis de pasar un buen verano. El 28 de agosto es la última cita para poder formar parte de las exquisitas experiencias que está acogiendo el Claustre del Seminari. El lunes que viene Kaleidos trío (trompeta, trombón y piano). No os lo perdáis.