El Comité del Patrimonio Mundial reunido este lunes en Riad, donde se proclamó la candidatura de la Menorca Talayótica.

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Este lunes quedará señalado en la historia de Menorca como el día en el que la Isla logró el máximo reconocimiento internacional para su impresionante y excepcional legado prehistórico, culminando un largo camino lleno de trabajo, ilusión y también de dificultades.

La recompensa a tantos esfuerzos llegó a las diez y media de la mañana en la ciudad saudí de Riad, cuando después de un trámite de poco más de diez minutos el presidente del Comité del Patrimonio Mundial, Abdulelah Al-Tokhais, declaraba aprobada la candidatura de la Menorca Talayótica y su inscripción oficial en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad.

De este modo, treinta años después de la declaración de la Isla como Reserva de Biosfera, la inscripción de la Menorca Talayótica en la lista de Patrimonio Mundial sitúa a Menorca como un territorio único en el mundo por sus valores medioambientales, su legado cultural y su compromiso con el desarrollo sostenible. En este sentido, el presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, quiso destacar que «pocos lugares en el mundo tienen este doble reconocimiento de la Unesco».

Un legado para la humanidad

Una vez aprobada la inscripción de la candidatura, tomó la palabra el embajador de España en la Unesco, José Manuel Rodríguez Uribes, quien expresó la «enorme felicidad y el orgullo por el reconocimiento». Seguidamente, la presidenta del Govern, Marga Prohens, remarcó el carácter «histórico» del día de ayer y mostró «el compromiso del Gobierno de las Islas Baleares para gestionar este patrimonio, explicarlo y protegerlo para que llegue a las nuevas generaciones en todo su esplendor». Poco después, Prohens señalaba en las redes que «este reconocimiento es un éxito colectivo, fruto del consenso social y político y un orgullo para las Illes Balears».

Por su parte, el presidente Vilafranca empezó y acabó su intervención con un saludo y una despedida en árabe, y resaltó que la candidatura ha sido «un proyecto muy trabajado y fruto del esfuerzo colectivo». «Con esta declaración todos los menorquines reafirmamos nuestro compromiso por preservar un patrimonio importante para nosotros, y que a partir de ahora también lo será para toda la humanidad», añadió.

El presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, recibe la felicitación tras recibir el título.

A la misma hora, la alegría también se desató en Menorca, donde el director de la Agencia Menorca Talayótica, Antoni Ferrer, y el exconseller de Cultura, Miquel Àngel Maria, brindaban con la presidenta del Ateneu de Maó, Margarita Orfila, la consellera Bàrbara Torrent, el diputado Pepe Mercadal y todas las personas que habían seguido la sesión a través de la pantalla instalada en el Ateneu.

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Desde el Ministerio de Cultura, el ministro Miquel Iceta también se sumó a las felicitaciones, destacando «el esfuerzo conjunto de Consell, Govern y Gobierno de España para conseguir esta inscripción, que además resulta ser la número 50».

Valor excepcional

Antes del anuncio de la inscripción, un representante del Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) había resumido el informe del organismo sobre la candidatura, destacando «el valor universal excepcional» del legado prehistórico de Menorca, y señalando que la candidatura cumplía todos los requisitos de «autenticidad e integridad».

Según el Icomos, la singularidad de la Menorca Talayótica se basa en la capacidad de la serie de bienes presentados para expresar de forma «veraz y creíble» los valores culturales que influyen en la evolución de las construcciones de piedra seca en la Isla, desde la Edad de Bronce hasta la Edad de Hierro, y destacan que los bienes presentados no sufren los «efectos adversos del desarrollo y el abandono».

En poco más de 700 kilómetros cuadrados, la Isla cuenta con 1.586 yacimientos arqueológicos. Ahora este impresionante legado ve reconocido su valor al más alto nivel internacional.

También ponen en valor «la alta densidad de sitios arqueológicos, que es testimonio de la ocupación de la Isla por comunidades prehistóricas, y que muestra su evolución y una organización que sugiere la aparición de una sociedad jerarquizada». Además, afirman que «las claras interconexiones visuales entre los yacimientos arqueológicos indican la existencia de redes sociales, y las orientaciones astrológicas implican posibles significados cosmológicos».

Desde el organismo, también destacan que el nivel de protección legal de los yacimientos y monumentos es el adecuado, puesto que la mayoría de ellos están designados como bienes de interés cultural (BIC) y el Plan Territorial Insular protege las nueve zonas en las que se dividen los bienes, aunque también hacen algunas recomendaciones para reforzar su protección.

El representante del Icomos también elogió el modelo de gestión de los yacimientos, subrayando el acierto de la creación de la Agencia Menorca Talayótica, y aconsejando que el funcionamiento de este órgano sea evaluado a medida que se adquiera más experiencia. Finalmente, se aconsejó el cambio de nombre del bien por el de «Sitio prehistórico de la Menorca Talayótica», en sustitución del nombre original, que era «Menorca Talayótica, una odisea ciclópea insular».

El apunte

Un largo camino que empezó hace catorce años

La Menorca Talayótica logró este lunes su inscripción en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco tras 14 años de gestiones y mucho trabajo. El camino empezó con una propuesta del IME realizada en 2009, que el Consell aprobó por unanimidad en 2010, iniciando así los trámites. Cinco años después, el expediente fue elegido candidato oficial de España, pero en 2017 la propuesta menorquina no convenció al Comité del Patrimonio Mundial, reunido en Cracovia, que recomendó la revisión de la candidatura y la subsanación de una serie de aspectos.

Después de este tropiezo, el canario Cipriano Marín fue designado por el Consell como nuevo supervisor del expediente, y fue el encargado de dirigir el trabajo de reformulación de la candidatura a partir de un nuevo enfoque, que ponía de relieve el carácter de Menorca como expresión genuina de la odisea de las antiguas culturas insulares que evolucionaron en total o relativo aislamiento. De este modo, el nuevo expediente ponía énfasis en la expresión de esta insularidad, y en el hecho de que los vestigios del pasado han convivido de manera armoniosa con los menorquines a lo largo de la historia.

A finales de 2020, la Menorca Talayótica volvió a ser la candidata oficial de España para que su inscripción se hiciera realidad en 2022, pero la cita fue aplazada a causa de la guerra en Ucrania. Finalmente, este lunes la Isla ha logrado en Riad uno de los hitos más importantes de su historia, aunque la declaración de Patrimonio Mundial no es un fin en sí mismo, como señala Marín, sino el inicio de un reto de futuro.