Xisco Cardona es el candidato de Vox al Parlament.

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¿Cuáles son sus líneas rojas?

—Hay que derogar las leyes prohibitivas que impiden crecer en plazas turísticas o construir nuevos puertos deportivos. La ley de la Reserva, el PTI…Son intentos de la izquierda de dejarlo todo bien atado, porque sabe que va a perder. Quiere que quienes entremos no podamos hacer nada.

¿Y ustedes qué quieren hacer?

—Apostamos por urbanizar, por un crecimiento económico y social ordenado, que dé protagonismo a la sociedad civil y sin tanto intervencionismo. El 51% del PIB aún es público, no privado, y eso es alarmante.

Derogarán la Ley de la Reserva. ¿Por qué?

—Pinta a los menorquines como invasores, cuando la naturaleza también nos incluye. Parece que el medio ambiente es una nueva religión cuando, en realidad, no hemos podido votar la estrategia Menorca 2030. Pagamos demasiado por los cuatro molinos de Milà, que solo producen el 0,4 por ciento de la energía.

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Cada vez cuesta más acceder a una vivienda.

—No puede ser que un joven de Fornells no pueda comprarse una casa allí porque le pedimos el mismo precio que a los turistas. Cabe liberalizar suelo para construir viviendas sociales… También urge realizar una auditoría en el IMAS, y esclarecer lo ocurrido con las menores prostituidas en Mallorca. Es increíble que el Govern se haya negado a crear una comisión parlamentaria.

¿Siguen reclamando la libre elección del castellano en el aula?

—Claro. No cumplir las sentencias judiciales empobrece a la sociedad. VOX está por cumplir el Estatut y la Constitución, que obligan a tratar las dos lenguas cooficiales por igual. En Menorca no pueden hacernos estudiar el catalán estándar, ya que así perdemos los matices propios del menorquín.

¿Hay que cambiar el modelo territorial?

—Hay inflación de políticos, instituciones y cargos. Urge adelgazar la estructura, por inviable. España no puede soportar 17 pequeños estados.

El perfil

De la Iglesia al altar y a VOX, con permiso de Dios

No fue monaguillo antes que fraile y, por eso, su boda con Dios duró solo 13 años, desde los 38 hasta los 51. “Rebobiné por conciencia. Ese no era mi mundo”. Tanto que, poco después de recibir “en tiempo récord” la dispensa Papal, el antiguo párroco de Sant Rafel y Es Mercadal y exvicario de la Catedral, caixer capellà en las fiestas de Menorca, cambió la sotana por la toga de abogado y regresó al mundo civil. Dos años después, en 2017, fue a casarse con la magistrada que entonces juzgaba al exmarido de la Infanta Cristina en el caso Nóos, Samantha Romero. Y ahora, Francisco José (Xisco) Cardona (Maó, 1964) ha decidido abrazar la renovación del partido de la ultraderecha para erigirse en el candidato de VOX al Parlament por Menorca. De nuevo llegando “más lejos de lo que quería, pero al menos esta vez sin renuncias personales”. Las tendrá que hacer si obtiene el acta de diputado o si logra ser concejal bisagra en Maó, donde también aspira a la alcaldía. Entonces, este licenciado en Derecho, Filosofía y Estudios Eclesiásticos, con nociones de inglés e italiano, aparcará su despacho de abogado en Palma y podrá volver a montar en las fiestas de Gràcia. Aunque ya no para cerrar la qualcada.