La candidata del PSOE a la presidencia del Consell, Susana Mora. | Gemma Andreu

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Presidenta del Consell y secretaria general del PSOE desde hace seis años, pero, ante todo, madre desde hace diez. Susana Mora (Maó, 1982), la abogada laboralista que aterrizó en política en 2015 para liderar la candidatura insular del PSOE, se presenta a su tercera reválida electoral en estado de buena esperanza. Con la pequeña Emma esperando asomar a la vida a principios de julio, cuando se prevé la sesión de investidura.

Mejor que Emma venga al mundo y la vea de presidenta, ¿no?

-Sí, ella es un estímulo más para enseñar a mis hijas que las mujeres podemos ocupar puestos de dirección sin renunciar a hacer de madres. Es un reto difícil, que requiere de la implicación de tu pareja y del entorno, pero que es necesario para que mis hijas puedan ver mi mejor versión de madre y, a la vez, los menorquines me sientan como su presidenta.

Lleva ocho años de gobierno. ¿Qué le queda por hacer?

-Aún arrastramos compromisos por cumplir, como acabar el proyecto de la carretera y mejorar la movilidad. Y vamos a dar un paso al frente para que sea el PSOE quien gestione estas áreas.

¿Es un tirón de orejas a sus socios de Més?

-No es una censura a su gestión. Es más bien utilizar nuestra fuerza en el seno de un gobierno plural para dar un paso más en movilidad. Desde el PSOE queremos liderar el gobierno con una mayoría aún más holgada.

La del transporte público es una de las competencias para las que reclaman una mayor dotación del Govern. ¿Ha influido para que no se hayan renovado las concesiones del bus?

-La mejora de la financiación del transporte público es un clamor del Consell, porque las competencias que se transfirieron hace ya muchos años han quedado obsoletas. Urge revisar partidas como ésta, que el Govern aumenta para Mallorca pero no repercute de forma equilibrada a la Isla.

¿Se vio gobernando en minoría cuando, el año pasado, Més anunció la ruptura del pacto en desacuerdo con la Ley de la Reserva?

-Valoré todos los escenarios con la prioridad de que el gobierno no se quebrara. No tenía problema en gobernar en minoría con nuevos consellers ejecutivos pero, gracias a que finalmente primó el buen entendimiento y la defensa del interés general, logramos mantener la unidad del pacto.

¿Ha reconducido bien las desavenencias con sus socios?

-En un gobierno plural, el debate interno sobre matices es normal, pero debemos evitar estas escenificaciones que hacen un flaco favor a la institución y a la sociedad. Una minoría no puede intentar imponerse a la mayoría mediante una teatralización. La coherencia de un partido acaba donde empieza la del otro, y estas cosas no deben volver a suceder.

Los sondeos auguran la reedición del gobierno en Menorca, pero avisan de un posible vuelco a nivel autonómico. ¿Qué le dice eso?

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-Que solo votando al PSOE se garantiza consolidar el modelo por el que apuesta Menorca y se evita la alternativa, real, de que gobiernen PP y Vox. Si queremos evitar que destruyan el modelo, solo se puede votar al PSOE.

Acaban de aprobar el nuevo Plan Territorial (PTI) tras 20 años de vigencia del anterior. ¿Pero entiende que el PP lo rechace por llevarlo a pleno solo cinco días antes de las elecciones?

-Entiendo las críticas legítimas, pero no las puedo compartir. El PTI no se ha aprobado de forma precipitada. En 2019 también tuvimos la opción de aprobarlo inicialmente poco antes de los comicios, pero lo dejamos sobre la mesa porque aún no estaba maduro. Pero ahora es diferente. Lo hemos trabajado más de seis años y tenemos todos los informes. Puede parecer tarde, sí, pero al menos hemos cumplido con nuestro deber.

¿Qué supondrá para los menorquines el nuevo PTI?

-Consolidar la Menorca que conocemos y que se diferencia de otros territorios por seguir este mismo modelo desde hace 20 años. El modelo que preserva las playas no permite construir en exceso, deja el campo en manos de los l’amos y madones y no lo abandona al turismo… La contraposición justa de la Norma Territorial que heredamos del PP y que desvirtuaba este modelo. El PTI afronta tres retos muy claros. El primero, el de la vivienda, para decidir dónde y cómo construir, reservando un 30 por ciento de los nuevos crecimientos a viviendas sociales y cambiando las densidades urbanas para hacer que haya más pisos y más pequeños. El segundo, para encuadrar los usos turísticos en las urbanizaciones. Y el tercero, para definir dónde se pueden implantar las instalaciones de energía renovable.

¿Por qué no limitan ya este verano la entrada de vehículos?

-Tenemos la firme voluntad de hacerlo, pero de forma rigurosa. Habiendo aprobado la Ley de la Reserva de la Biosfera en febrero, ya no era factible para esta temporada. Ahora precisamente empezamos los estudios para definir la capacidad de carga de Menorca que permitirán garantizar que la medida se lleve a efecto el próximo año sin que sea impugnada.

Menorca disfruta de la mayor conectividad de su historia. ¿Piensan extender la fórmula del comárqueting a otros países?

-Estudiamos implantar esta fórmula con Alemania. Es un mercado atractivo, que contribuye a desestacionalizar y cuyo perfil de turista es respetuoso con el medio ambiente. El comárqueting nos ha permitido superar la situación de 2018, cuando Menorca quedó sin conexiones internacionales. Y así hemos podido consolidar la ruta con el Reino Unido (Londres) y, posteriormente, con Francia (París). Pero, a la vez, hemos actuado en España, con nuevas rutas a Bilbao y Málaga, que ahora queremos extender a ciudades como Santiago.

En Sanidad, reivindica más especialistas en psiquiatría, neumología, digestología, oncología y rehabilitación.

-Son especialidades necesarias para reducir las importantes listas de espera que acumulan. Además, hemos suscrito un pacto para dotar a la Isla de un servicio de alergología. Hemos dado un salto importante desde 2015, cuando no teníamos radioterapia ni avión ambulancia las 24 horas del día.

El Hestia Menorca acaba de subir a LEB Oro y necesitará un mayor respaldo de las instituciones. ¿Cómo harán para evitar que se repita el episodio de ACB, que terminó con la desaparición del club?

-El club y las instituciones queremos aprender de los errores del pasado y poner el acento en el equilibrio. Hay que hacer posible el deporte profesional en la Isla, pero sin perjudicar a las arcas públicas.

¿Éste será su último mandato?

-No lo tengo decidido. Cuando empecé en 2015, me parecía que dos mandatos ya era mucho. Pero he visto que los tempos en la administración son otros. El primer mandato es para poner en marcha los proyectos y el segundo, para consolidarlos. Pero, con la pandemia de por medio, nos hace falta un tercero. Lo importante es tener proyecto, experiencia e ilusión.