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Las elecciones del 28 de mayo han supuesto el adiós momentáneo a la política de alcaldes y consellers que llevaban varios mandatos consecutivos al frente de las principales instituciones de las Islas.

La constitución de las nuevas corporaciones locales, este próximo sábado, acarreará la investidura de cinco nuevos alcaldes en Menorca y escenificará el adiós a sus respectivos gobiernos de los hasta ahora primeros ediles de Ciutadella (Joana Gomila), Ferreries (Joana Febrer), Es Mercadal (Xisco Ametller), Sant Lluís (Carol Marquès) y Es Castell (Joana Escandell).

Para Joana Febrer es el epílogo a dieciséis años en el consistorio, cuatro de ellos como alcaldesa. También para Xisco Ametller, quien ha ejercido como primer edil durante trece de sus veinte años en el ayuntamiento. Escandell y Marquès, por su parte, empiezan el mandato en la oposición y Joana Gomila, como diputada electa en el Parlament.

También cerrarán etapa, al menos en la política municipal, las ex alcaldesas Águeda Reynés (PP) y Conxa Juanola (Ara Maó), que han pasado los cuatro últimos años como concejales.

Para ellas empieza una nueva etapa, fuera de la política activa. Como también para los dos consellers menorquines del Govern de Armengol, que consumen sus últimas semanas, ya en funciones, en Palma.

Es el caso de la exsecretaria general de Podemos y aún consellera de Agricultura, Mae de la Concha, a quien le tocará ser la última presidenta virtual del Ejecutivo autonómico antes de la investidura de la popular Marga Prohens. Por ello, De la Concha prefiere esperar a que se consume el relevo para realizar declaraciones públicas y desvelar sus planes de futuro fuera de la política.

Planes, los que ya tiene muy claros el socialista Miquel Company que, tras pasar por el Consell y el Govern, abre un paréntesis en su dedicación política, para probar suerte en el ámbito privado. Su familia, dice, también lo agradecerá.

Águeda Reynés

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Funcionaria de Hacienda desde hace 37 años, fue la primera edil de Maó durante el periodo 2011-2015 tras lograr una amplia victoria. | Gemma Andreu

«No hay nada como ser la alcaldesa de tu ciudad, nada»

Funcionaria de Hacienda desde 1985, nunca ha necesitado de la política para vivir, pero gracias a ella ha vivido «los cuatro mejores años de mi vida». Águeda Reynés Calvache (Maó, 1967) fue, entre 2011 y 2015, la primera mujer alcaldesa de la historia en Maó. «Nada es comparable a ser alcalde de tu ciudad, nada. Ni siquiera ser diputada en el Congreso». El otro gran cargo público que asumió en la doble cita electoral de 2015 y 2016.

En 2019 renunció a postularse de nuevo a Cortes para intentar reeditar la alcaldía para el PP, partido al que se había afiliado 15 años atrás, con motivo de los atentados del 11-M. «Pensaba que era el momento, que podía terminar lo que había iniciado, pero ya no fue posible». La alianza de PSOE y Ara Maó la volvió a frenar. «Siempre he ganado las elecciones, pero los pactos son lo que son». Y el que propuso al PSOE fue rechazado por los socialistas. «Podría funcionar, porque en ciertas cosas no estamos tan lejos. Además, mucha gente nos lo pedía, porque el mismo temor que hay ahora con Vox, existía entonces respecto de Ara Maó, al que se relacionaba con la izquierda radical. Pero supongo que al PSOE le pudo aquello de no pactar nunca con el PP».

Así que Águeda se ha pasado los ocho últimos años en la oposición y ha decidido que, «aunque en la calle me animan a hacerlo, ya no volveré a optar a la alcaldía. Mi tiempo ha pasado. Pero me siento muy querida». Tampoco ahora, que el PP ha recuperado Consell y Govern «y no dudo que en julio recobrará también el Gobierno», Reynés ambiciona ningún cargo público. «Estoy muy bien en mi trabajo. Pero nunca le he cerrado puertas a nada, ni en lo personal ni en lo profesional. Y si el partido me plantea algo y me motiva, lo pensaré».

De hecho, este jueves 15 la Agencia Tributaria le hará entrega del pin especial con el que reconoce su larga trayectoria de 37 años como funcionaria de carrera para la Hacienda pública. Como 36 años lleva también casada con Lluís Sintes, con el que ha tenido dos hijos. «Siempre ha estado allí, a la altura, dándome tranquilidad», le agradece, emocionada.

Y lamenta que el último candidato del PP, Mateu Aínsa, no haya podido aprovechar la tendencia creciente de voto popular en los comicios para ‘asaltar’ de nuevo el ayuntamiento. «La ciudad habría tenido en Mateu al mejor alcalde».

Pero quien volverá a ser investido es el socialista Héctor Pons, a quien Reynés reprocha que «nos inste al acuerdo sobre los grandes temas, pero luego no predique con el ejemplo. Por su cabezonería, habremos perdido todos estos años. Apenas se ha hecho nada. Ni con el Conservatorio, ni con el puerto».

La aún concejal se enorgullece de su etapa de alcaldesa, que «transformó el Maó que nos encontramos: un municipio triste, sin vida, ni actividad económica, con los comerciantes hartos, ocho millones en facturas sin pagar y sin dinero para hacer frente a las nóminas».

Pese a ello, su toma de posesión quedó mancillada por el desaire «de 200 personas, que nos tiraron agua y arroz, con la Policía protegiéndonos. Son cosas que en una sociedad madura no deberían suceder». Reynés pide respeto y anima a su partido a «gobernar en minoría y con nuestro propio proyecto», en lugar de integrar a Vox en la gestión del Consell y el Govern. «Ya recabaremos su apoyo puntual». Es lo que también le invita a hacer a Héctor Pons. «Así podría consensuar también ciertas cosas con nosotros en lugar de cerrarse a un pacto solo con Ara Maó».

Miquel Company

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Cierra una «intensa» carrera política de ocho años porque «ya no me veía dispuesto a darlo todo y he preferido dar un paso al lado». | Gemma Andreu

«Me ilusiona recuperar espacios de libertad»

Tras ocho años en el Consell y el Govern, Miquel Company (Maó, 1985) abre un paréntesis indefinido en la política activa para dedicarle más tiempo a su familia y al proyecto empresarial de nuevo cuño que tiene entre manos.

Cuando se invista presidenta a Marga Prohens, «antes de un mes y medio», dejará la Conselleria de Fondos Europeos, Universidad y Cultura que ha venido asumiendo desde febrero de 2021. «Para mi habría sido más fácil ir a las listas del Consell y el Parlament o, ahora, postularme como diputado, pero ni física ni emocionalmente me veía preparado para dar todo lo que el partido y las instituciones necesitan de mi». Así que, «antes de fallarle a la gente, he preferido dar un paso al lado. Soy muy exigente conmigo mismo y no concibo seguir en política si no la vivo con dedicación».

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Empleado de banca en excedencia, le ha podido más ahora su deseo de volver al ámbito privado e «impulsar, junto a otros profesionales freelance, una empresa que promueva proyectos de sostenibilidad e innovación».

Pero salir de la política también le permitirá «recuperar espacios de libertad en familia. Eso de poder ir juntos a un camping y no tener que volver a media tarde porque tengo una conferencia o un acto al que asistir… Me ilusiona poder recuperar, en cierto modo, las riendas de mi vida».

Y no será, precisamente, porque haya descuidado sus obligaciones familiares, sobre todo durante los últimos dos años y medio. «En lugar de quedarme en Palma de lunes a viernes, he ido y venido cada día en avión para poder estar a las siete y media de la tarde en casa y así poder duchar y poner a dormir a mis hijos». Es el «pacto» que hizo con su mujer al asumir el cargo y que ha cumplido en sensibilidad con ella y sus pequeños, «que entonces aún tenían tres y seis años. Antes que político, soy padre y entiendo que debo repartir las responsabilidades de pareja por igual».

«Socialista y menorquín», como se define, dice estar «satisfecho y agradecido por la carrera, corta pero intensa, de ocho años en política. Me ha aportado experiencia y he trabajado con empatía y consenso. He antepuesto el beneficio de Menorca sobre cualquier interés partidista».

Pero a Company le congratula especialmente haberse «enfrentado» con la gestión de áreas que, a priori, veía distantes. No por las que asumió en un primer momento (Economía, Juventud y Deportes), pues «vengo del campo y me ilusionaba llevar Agricultura». Pero sí por las que Susana Mora le asignó desde la presidencia en 2019, Economía y Ordenación del Territorio. «Acostumbro a coger siempre lo que más me cuesta, y lidiar con el nuevo PTI fue todo un reto, que traté de superar en diálogo constante con los demás partidos y la sociedad civil».

El Plan Territorial se aprobó hace 15 días y él se muestra «muy contento» de haber participado en un documento «tan estratégico. Es la carta magna de Menorca. No hay nada tan importante». Y, aunque el PP ha anunciado que lo modificará, «me gusta que diga que en muchas cosas está de acuerdo».
De hecho, Company pide al PP que «actúe con coherencia y se apoye más en las formaciones que hemos gestionado la institución que en Vox, que queda fuera de la ecuación. No se puede escorar hacia un partido que niega el cambio climático».

Miquel Company teme asimismo que, «al carecer también de mayoría en el Govern», el PP «deba pagar el peaje de la cultura y la política lingüística» para garantizarse el apoyo externo de Vox. «Me preocupa que la extrema derecha dicte la política a seguir y suframos una involución que nos devuelva a la época Bauzá».

Para entonces, no obstante, Company ya andará enfrascado como nuevo emprendedor y a lomos de su caballo «Xumet». En septiembre no faltará a su cita con la qualcada de las fiestas de Gràcia. Este año cumple un cuarto de siglo como caixer y recibirá el pin de plata del Ayuntamiento de Maó.

Conxa Juanola

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La exalcaldesa se jubila este miércoles «como trabajadora pública» tras 36 años en el Ayuntamiento de Maó. | Gemma Andreu

«Seguiré activa y estaré al frente para movilizarnos si hay involución»

Conxa Juanola (Maó, 1958) deja la política activa y se jubila. El jueves 15 será su último día como trabajadora pública, tras 36 años en el ayuntamiento del que fue alcaldesa entre 2015 y 2019 y del que ha sido concejal durante el último mandato. Pero la exgerente del Teatre Principal entre 2005 y 2011, y con una extensa formación en asociacionismo, dinamización y transformación social, promete aún dar mucha guerra.

«Me retiro de la vida laboral remunerada, pero no como ciudadana activa», avisa. Su familia la podrá disfrutar más tiempo como abuela y ella alternará sus responsabilidades orgánicas en Ara Maó, la agrupación de electores que la aupó a la alcaldía, con la implicación social en defensa del territorio.

La misma que ya exhibió entre 1992 y 1996 como presidenta del GOB en Menorca y, más adelante, de 2010 a 2014, al asumir la presidencia interinsular de la organización ecologista, de la que sigue siendo socia.

El vuelco electoral de los últimos comicios en Menorca y Balears, donde la nueva mayoría de gobierno estará en manos del PP y Vox, amenaza con una «involución total que llevará a la sociedad civil a reaccionar». Y Conxa Juanola anuncia que, «por supuesto», se pondrá al frente de este movimiento «en defensa de Menorca. Nos ha costado tanto luchar por conservar los valores y la calidad de vida que quiero para mis hijos y nietos, que no voy a dejarlos perder tan fácilmente».

La expresidenta del GOB lamenta que algunos de los llamados a gobernar ahora las instituciones «sean tan poco conscientes de los problemas a los que nos enfrentamos con el cambio climático. En lugar de aplicar las políticas valientes que necesitamos, la derecha niega este problema y hasta anuncia que derogará las normas más esenciales», como el PTI y la nueva Ley de la Reserva de Biosfera. Por eso, advierte que «habrá una reacción social. Menorca es muy activa y los colectivos sabrán movilizarse».

Juanola apela por ello al PP, para que «tenga el seny que caracteriza a los menorquines e imponga nuestra manera de ser», ante los condicionantes de su eventual socio. Es más, recuerda que «el turismo en Menorca se sustenta, precisamente, en los valores ambientales. Y nadie debería estar interesado en atentar contra el principal motor económico de la Isla».

El Ayuntamiento de Maó, que «ha logrado mantener la correlación de fuerzas con la derecha», será en este sentido un oasis «entre un Consell y un Govern poco receptivos. Nos lo hará todo más difícil».

La aventura de Ara Maó, nacida en 2012, «se ha demostrado más necesaria que nunca para sumar con el PSOE y garantizar, así, una mayoría progresista». Sin ella al frente de la candidatura, la agrupación ha perdido un concejal en beneficio del PSOE y del alcalde Héctor Pons, que «en campaña ha tenido mucha presencia en la calle, lo que es un factor clave». Ahora bien, Juanola remarca que «buena parte de los cambios e iniciativas en las que más se ha avanzado, en agua, cultura o movilidad, corresponden a áreas que hemos gestionado desde Ara Maó».

El sábado arropará a sus compañeros en la sesión de investidura y constitución de la nueva corporación municipal. Termina una etapa en el ayuntamiento, pero empieza otra… en la calle.