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La reubicación, desde hace dos años, de las ambulancias de emergencias en el tramo final de Es Pla de Sant Joan forzó anteayer -por vez primera- la suspensión de los Jocs por culpa de un accidente. Aunque las noticias confusas sobre el estado de los tres heridos desalentaron a varios cavallers, las carreras habrían podido celebrarse si el hospital de campaña hubiera seguido emplazado en la colársega, junto a la discoteca «Embassy», como era habitual hasta que el Ayuntamiento dejó de contratar directamente el servicio sanitario de las fiestas con Cruz Roja para sacarlo a concurso.

Junto a la colársega, en el punto más ancho de Es Pla, puede haber varias ambulancias atendiendo a heridos o evacuándolos sin interferir las carreras. Pero no así al final de Es Pla, donde se han ubicado estos dos años, ya que por su estrechez no caben más de dos ambulancias y éstas disponen de la misma vía de evacuación, la cuesta del Bastió, que siguen los caballos que corren s'ensortilla.

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«Está claro que nosotros no elegimos la ubicación, sino el Ayuntamiento, y que desde el principio ya detectamos que, en caso de un accidente múltiple, podría taponarse esa zona de Es Pla. Si estamos evacuando a un herido, los caballos no pueden correr», arguye la coordinadora de Cruz Roja, Maria Antònia Pons.

Por otra parte, el joven que fue golpeado por el caballo e hizo desequilibrar a l'amo de s'Aranjassa, provocando el accidente, asegura que entró levemente en el pasillo porque fue empujado por el gentío cuando se encontraba cerca de s'ensortilla.

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