Antonio Fernández Borrego - Elena

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Autoficha
Me llamo Antonio Fernández Borrego "Rayo", estoy casado, con dos hijos y tengo 57 años. Nací en Sevilla pero vivo en Maó. Hace 39 años que llegué a Menorca. Soy árbitro de fútbol y monitor de atletismo. Mi afición es hacer lo que hago, entrenar a gente y salir a correr. Mi pasión es la Semana Santa.

¿Por qué motivo vino a Menorca?
En el año 69 estaba trabajando en la Escuela de Hostelería de Palma. Surgió la oportunidad de venir a Menorca a hacer un extra de fin de semana en la inauguración de un hotel, así que me apunté. Me encantó la Isla y decidí volver en la siguiente temporada y quedarme. Me sorprendió la tranquilidad y la confianza de sus gentes.

¿Cómo fueron sus comienzos?
Estuve de jefe de sector en un hotel de Cala Galdana en el 75. Recuerdo que aquellas eran buenas temporadas, empezábamos en abril y acabábamos en noviembre. Después volvía a Sevilla, hasta que mi mujer y mi familia me acompañaron y nos instalamos en Menorca.

¿Cuándo surge su afición por el arbitraje y el atletismo?
Yo ya arbitraba partidos cuando tenía 14 años y lo he hecho en numerosas ciudades españolas y en Francia, donde iba a trabajar con mi padre desde los 16 años. Fue tras pasar por una experiencia en el pasado, cuando me di cuenta de que yo tenía que dedicarme a esto. Dejé de fumar y me enganché al atletismo. He sido ocho veces campeón de Balears y he conseguido ocho medallas a nivel nacional.

¿Qué le aporta salir a correr?
Es parte de mi vida, una terapia. Entreno en función de lo que esté preparando en ese momento. Ahora mismo estoy con la media maratón del mes que viene, así que salgo a correr hora y media, unos 15 kilómetros. Realizo todas las modalidades pero mi especialidad es la velocidad.

Como entrenador, ¿qué recomendaciones hace a sus alumnos?
Lo importante es querer, hay que salir a entrenar tanto si llueve como si no, siempre que uno se haya marcado unos objetivos. No es lo mismo una persona que quiera competir y otra que quiera mantenerse. También es importante usar unas buenas zapatillas y empezar siempre de cero y moderadamente.

¿Cuáles son sus planes de futuro?
Quisiera seguir haciendo lo que hago hasta que pueda. Una vez que tenga que retirarme no sé en qué emplearé mi tiempo pero lo que tengo claro es que mis dos viajes al año a mi pueblo son sagrados. Para mi la Semana Santa es como una cura, me regenera y vuelvo a Menorca como nuevo.